En Venezuela, las familias en las que hay una persona con discapacidad tienen que tomar decisiones difíciles cada día: medicinas o comida, educación o comida. El programa de comidas escolares de WFP intenta cambiar esta situación.
Tres proyectos, liderados por mujeres colombianas y que participaron del Hub Regional de Innovación HZero, suman esfuerzos para combatir el hambre en Colombia.
“Este es el precio que la gente inocente paga por la guerra”: la Directora Ejecutiva del WFP, Cindy McCain, insta a la comunidad internacional a dar un paso al frente para ayudar a los “heridos y desnutridos”
Las comidas escolares de WFP en Venezuela alimentan el sueño de Charlotte, ser bailarina, y el de su madre, Frangil: “que sea profesional, que logre grandes cosas”.
Beinilet Salas utiliza los alimentos del Programa de Comidas Escolares del WFP para preparar platillos como el atol y el arroz con leche, este último el preferido de su hija de tres años.
Deicy Cuero explicaba así la situación desesperada que vivió con su marido José Ochoa al no tener ingresos para alimentar a sus cuatro hijos. Ahora sonríen aliviados.
Con la pandemia, Marlene y su marido perdieron sus trabajos y medios de vida para mantener a sus cuatro hijos. Los huracanes empeoraron una situación ya difícil.