República Dominicana

La República Dominicana, que comparte la isla caribeña de La Española con Haití, es un país de ingreso medio alto que ocupa el puesto 80 entre 189 países en el Índice de Desarrollo Humano 2021-22.

Durante la última década, el país ha experimentado un crecimiento económico sostenido y estable, pero las desigualdades persisten. La pobreza afecta a casi una cuarta parte de la población y la pobreza extrema afecta a casi el 3 %. La mayoría de las familias de bajos ingresos viven en zonas urbanas, y el 63 % están encabezadas por mujeres.

Las desigualdades impulsan la inseguridad alimentaria en el país, con un poder adquisitivo restringido entre los grupos vulnerables, una cobertura limitada de servicios básicos y redes de seguridad, una regulación inadecuada de los mercados y crisis recurrentes. Además, la desnutrición y el sobrepeso/obesidad –conocidos como la doble carga de la desnutrición– le cuestan al país el 2,6 % de su PIB.

La República Dominicana es uno de los países más vulnerables a los efectos de la crisis climática. Las inundaciones, las sequías y otros desastres cuestan vidas, medios de subsistencia y finanzas gubernamentales, y amenazan gravemente las inversiones públicas y privadas en el desarrollo sostenible. Las mujeres y las niñas son particularmente vulnerables debido a las desigualdades de género.

La COVID-19 duplicó los niveles de inseguridad alimentaria en el país y afectó a 1,5 millones de personas. La canasta familiar básica de alimentos supera el doble del salario mínimo. Esta situación ha empeorado debido a los aumentos de precios posteriores al COVID-19 y los efectos de la guerra en Ucrania. Uno de cada tres hogares carece de acceso a una dieta nutritiva.

El Programa Mundial de Alimentos está en la República Dominicana desde 1969. Apoyamos los esfuerzos del país para lograr el Hambre Cero a través de asistencia técnica para fortalecer las capacidades nacionales y desarrollar estrategias que contribuyan a una alimentación sana, nutritiva y suficiente. También promovemos la resiliencia de las personas vulnerables a los peores efectos de la crisis climática.