Terremoto en Haití: "Esta noche comeremos una buena comida"
MANICHE - Fleurimont Michel había ido al mercado cuando el terremoto de magnitud 7,2 sacudió el sur de Haití a las 08:30 de la mañana del sábado 14 de agosto. Normalmente ella compra alimentos para la familia los sábados. Era una mañana normal, pero en cuestión de segundos su vida cambió.
“La tierra se movió bajo mis pies. Lo primero que pensé fue regresar corriendo a casa para salvar a mis hijos. Pensé que si nuestra casa se derrumbaba estarían muertos”, contó Fleurimont. “Me caí tres veces en el camino de regreso. Había grietas en la carretera. El suelo se había convertido en barro".
“Cuando finalmente llegué vi que las paredes de nuestra casa se habían caído, pero mis hijos estaban a salvo. Estaban cubiertos de tierra porque el temblor los arrojó al suelo, pero estaban a salvo, estábamos todos a salvo", explicó.
Fleurimont Michel cuenta su historia sentada en su patio trasero mientras echa unos guisantes en una olla y bajo la mirada atenta de sus dos hijas menores. Está embarazada de su quinto hijo y por ese motivo se le dio prioridad en una distribución de alimentos de emergencia que el Programa Mundial de Alimentos (WFP por sus siglas en inglés) organizaba esa mañana en una escuela cercana. Recibió una bolsa de 50 kg de arroz, 12 kg de guisantes y 3,7 litros de aceite vegetal.
La zona montañosa de Maniche, a una hora en automóvil al norte de la capital regional, Les Cayes, fue una de las más afectadas por el terremoto. “En el centro de la ciudad, el 98% de las casas han sido destruidas”, dijo el alcalde local Jean-David Brimare. Mucha gente sigue desaparecida, en su mayoría agricultores que habían salido a sus campos a primera hora de la mañana. Se teme que estén muertos y sepultados por los derrumbes provocados por el terremoto.
“Es una catástrofe", continúa el alcalde. “La gente duerme a la intemperie. La necesidad de refugio y asistencia alimentaria es enorme. Lo perdieron todo cuando sus casas se derrumbaron. Estoy enviando un SOS a todas las personas y organizaciones de buena voluntad para que nos ayuden a superar esta gran dificultad".
Las autoridades locales estiman que unas 15.000 personas en Maniche necesitan asistencia inmediata. Dos semanas después del terremoto, el personal del WFP, junto con los equipos de Protección Civil de Haití, ya han proporcionado alimentos a 10.000 residentes.
“Antes que recibiéramos la ayuda, teníamos que recoger plátanos y aguacates de los árboles”, dice Fleurimont. “Ahora estoy feliz, muy feliz con la ayuda que recibimos. Nos ayudará mucho. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que cociné guisantes. ¡Esta noche comeremos una buena comida!"