Creando resiliencia
- Más del 80%
- de las personas con inseguridad alimentaria en el mundo viven en entornos propensos a desastres y tierras y ecosistemas degradados.
- Los primeros 1.000 días de vida
- en esta etapa la malnutrición en los niños puede provocar daños cognitivos y fisicos.
- 218 millones de personas
- en promedio fueron afectadas por desastres naturales al año entre 1994-2013.
Cambio climático, degradación medioambiental, falta de agua, enfermedades, crecimiento rápido de la población, urbanización no planificada: en el mundo de hoy, mayores riesgos y fragilidad amenazan con deshacer los adelantos más importantes en el desarrollo.
Los conflictos, peligros naturales y la inestabilidad política pueden tener un impacto devastador. Los niños malnutridos en sus primeros 1.000 días de vida pueden sufrir un deterioro cognitivo y físico. En tiempos de guerra o desastres, las escuelas son las primeras en cerrar.
Históricamente, las intervenciones humanitarias salvaron innumerables vidas y restauraron los medios de subsistencia de millones. Pero raramente eliminaron las vulnerabilidades de trasfondo.
Cierto, es difícil implementar los programas de desarrollo en contextos frágiles o extremadamente empobrecidos, propensos a crisis recurrentes. Pero la evidencia sugiere que, al embeber la resiliencia en sus intervenciones, los actores del desarrollo pueden reducir los efectos de las conmociones y los factores de estrés, aliviando el sufrimiento humano por más tiempo. .
Por su parte, al adoptar la perspectiva de la resiliencia, la comunidad humanitaria puede asegurar que las personas reconstruyan mejor su entorno luego de desastres. Las medidas de resiliencia, de hecho, son económicas de dos maneras: reducen la necesidad de gastar en respuestas cíclicas ante crisis mientras que ayudan a superar un historial de brechas de desarrollo..