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La República Bolivariana de Venezuela continúa enfrentando una situación socioeconómica desafiante, agudizada por el impacto de la pandemia de la COVID-19, las interrupciones en la cadena de suministro global y el aumento de los precios de los alimentos.

A lo largo de los años, los alimentos nutritivos y las dietas diversificadas se han vuelto cada vez más costosos. A pesar del crecimiento económico en 2022, un gran número de familias no pueden satisfacer tanto sus necesidades alimentarias como las no alimentarias. 

La mayor frecuencia e intensidad de desastres relacionados con el clima, como inundaciones, sequías y deslizamientos de tierra, entre otros, destruyen infraestructuras y dañan los sistemas alimentarios, lo que supone un gran desafío para la productividad, los rendimientos y los medios de vida en la agricultura y los negocios.

En este contexto, el acceso a los alimentos sigue siendo la principal barrera para la seguridad alimentaria y una de las principales preocupaciones para las familias en todo el país.

En abril 2021, el Gobierno y el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) firmaron un memorándum de entendimiento que permite al WFP estar presente en el país y proveer apoyo

Las actividades en el marco del plan estratégico del WFP incluyen comidas escolares y asistencia alimentaria para poblaciones vulnerables, gestión de riesgos climáticos, fortalecimiento de la resiliencia, y mejora de la infraestructura y capacidad logística de los sistemas alimentarios. Las personas con discapacidad y las poblaciones indígenas siguen siendo una prioridad.

El objetivo es alcanzar a un millón de personas con asistencia alimentaria para finales de 2023.

La labor del Programa Mundial de Alimentos en la República Bolivariana de Venezuela

Comidas escolares
El programa de comidas escolares de WFP comenzó en Venezuela en 2021, e incluye canastas de alimentos para llevar a casa. Las principales poblaciones beneficiarias son niñas y niños, y personal escolar, así como personas con discapacidad que asisten a escuelas de educación especial. La entrega de comidas calientes, preparadas y servidas en las propias escuelas, comenzaron en abril de 2023 en tres municipios del estado Falcón y serán implementadas progresivamente en otras escuelas. Actividades de educación nutricional y de involucramiento comunitario se integran también al programa.
Fortalecimiento de capacidades
En algunas de las comunidades donde implementa el programa de comidas escolares, WFP acompaña a familias a fortalecer o recuperar sus medios de vida. Este trabajo es parte de un esfuerzo entre distintas agencias de Naciones Unidas en el país, que busca contribuir a la resiliencia de las comunidades y familias más vulnerables -especialmente aquellas lideradas por mujeres. En paralelo, WFP trabaja con organizaciones nacionales y personal escolar para garantizar que el programa de comidas escolares se implemente de manera segura y ágil, respetando normas de higiene y principios humanitarios.
Preparación y respuesta a las emergencias
WFP ayuda a mitigar el impacto de las emergencias climáticas que afectan la seguridad alimentaria, proporcionando capacitación de respuesta a emergencias a instituciones nacionales y fortaleciendo los planes de contingencia a nivel local. En situaciones de emergencia, WFP también brinda asistencia alimentaria directa a las personas más afectadas, así como apoyo logístico y de coordinación a distintas organizaciones e instituciones en la respuesta humanitaria.
Coordinación
WFP lidera el Clúster de Logística y co-lidera el Clúster de Seguridad Alimentaria, junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). WFP garantiza que distintos actores humanitarios tengan acceso a servicios comunes para una respuesta efectiva durante tiempos de crisis, lo que contribuye a optimizar recursos y a mejorar la coordinación entre los socios.

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Venezuela