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Cifras clave

  • 65% de las personas que padcen inseguridad alimentaria aguda viven en países frágiles o afectados por conflictos
  • 40% de aumento en los conflictos en 2023 en comparación con 2020

¿Cómo causan hambre los conflictos?

El conflicto es el principal impulsor del hambre en la mayoría de las crisis alimentarias del mundo, desde Sudán hasta Siria, desde Yemen hasta la República Democrática del Congo, lo cual lleva la inseguridad alimentaria y nutricional a niveles históricos. Una fuerte escalada del conflicto en Palestina también ha hecho que los niveles de hambre se disparen allí. La inseguridad alimentaria se agrava cuando los combates obligan a un gran número de personas a abandonar sus hogares, tierras y medios de subsistencia, y cuando se restringe el acceso a la ayuda vital.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas reconoció el vínculo entre el conflicto y el hambre, y condenó el uso del hambre como arma de guerra, al adoptar su histórica Resolución 2417 en 2018. Mediante esta resolución se reconoce la necesidad de romper el círculo vicioso de los conflictos armados y el hambre, y de pedir rendición de cuentas a quienes explotan el hambre para sus propios fines.

¿Cómo podemos terminar con el conflicto y el hambre?

El hambre cero no puede lograrse sin estabilidad, y por ello el Programa Mundial de Alimentos desempeña una función clave en la construcción de vías hacia la paz. Las conclusiones iniciales de una asociación de investigación conjunta entre el Programa Mundial de Alimentos (WFP) y el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz indicaron que la labor del WFP contribuía a mejorar las perspectivas de paz al:

  • mejorar el acceso y el suministro a los recursos naturales en disputa, como el agua y la tierra
  • reforzar la cohesión social y resolver los problemas dentro de las comunidades y entre ellas
  • aumentar las oportunidades y la inclusión, también para los jóvenes
  • aumentar la confianza entre los ciudadanos y los Estados al reforzar la responsabilidad estatal y la prestación de servicios.

Además de invertir en investigaciones destinadas a identificar las mejores prácticas para alcanzar la paz, WFP también colabora y apoya a los agentes de la paz que tienen competencias y están equipados para abordar directamente las causas estructurales de los conflictos y la vulnerabilidad.

Premio Nobel de la Paz 2020

Los esfuerzos del WFP por construir vías hacia la paz fueron reconocidos formalmente en octubre de 2020, cuando se le concedió el Premio Nobel de la Paz por "sus esfuerzos en la lucha contra el hambre, su contribución a la mejora de las condiciones para la paz en zonas afectadas por conflictos y su labor como impulsor de iniciativas para prevenir el uso del hambre como arma de guerra y conflicto".