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Ya sea debido a conflictos, desastres naturales o a fallas en las políticas, la seguridad alimentaria y la nutrición están en peligro en muchas partes del mundo, incluso si la globalización potencia un crecimiento económico, social y tecnológico. En todas las naciones y continentes, los ciudadanos comparten cada vez más sus expectativas de responsabilidad y buen gobierno. Frente a este trasfondo, los gobiernos adoptaron unánimamente los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): estos representan el intento más amplio hasta la fecha de enfrentarse a múltiples desafíos, incluyendo la persistencia de la pobreza, el hambre y la desnutrición.

Alcanzar el Hambre Cero (objetivo 2) significa que los estados deben redactar un borrador e implementar políticas que promuevan la seguridad alimentaria y los objetivos nutricionales. Estos apuntalan la capacidad de las naciones de resistir a los factores de impacto y estrés que limitan la disponibilidad de alimentos o limitan su acceso. Para permanecer relevantes y efectivas, las políticas de seguridad alimentaria y nutrición deben tener arraigo en una gobernabilidad fuerte, instituciones que brindan respuesta y un ambiente favorable. Frecuentemente se ve involucrada una combinación de planes de administración de riesgos, sistemas de protección social robustos y programas de inclusión económica y social.

El Programa Mundial de Alimentos (WFP) ofrece asistencia técnica individualizada para las naciones y una capacidad de desarrollo para reforzar las capacidades individuales de los gobiernos en todos estos campos. Damos respuesta a las brechas de capacidad identificadas gracias a un proceso de evaluación liderado por el gobierno asociado, facilitado por nosotros y respaldado por otros asociados.

Este proceso ayuda a identificar la demanda de las naciones de reforzar sus capacidades mediante cinco vías críticas, que son relevantes para alcanzar la seguridad alimentaria y los objetivos de nutrición nacional:

 

  • Políticas y legislación
  • Responsabilidad institucional
  • Planeamiento y financiamiento estratégico
  • Diseño y entrega de programas nacionales
  • Compromiso y participación de actores que no son del estado

 

Estas áreas también guían la oferta de asistencia técnica y el refuerzo de capacidades del WFP. La demanda de asistencia del WFP debe articularse en torno a las prioridades de desarrollo nacional, necesidades críticas y recursos disponibles. El gobierno nacional y todos los socios de desarrollo (incluyéndonos) deciden en conjunto qué soluciones de seguridad alimentaria y nutrición sostenibles son apropiadas. Estas soluciones podrían incluir una mejora en la capacidad para prepararse y responder a emergencias, en las logísticas y la administración de las cadenas de suministro, el refuerzo de las capacidades de reducción de riesgos mediante redes de seguridad social y el apoyo a la adaptación y resiliencia para la gestión de riesgos climáticos.

Frecuentemente, en los programas para los países se incluye el soporte para el desarrollo de mercados locales y la creación de capacidades en zonas transversales como los programas de nutrición y de VIH/SIDA.

Tanto la asistencia técnica como el fortalecimiento de la capacidad pueden proporsionarse a través del propio personal del WFP y como parte de las actividades de su programa, o mediante el despliegue de expertos externos. El WFP también puede facilitar la transferencia de conocimientos por parte de terceros, por ejemplo, mediante modelos de Cooperación Sur-Sur o Triangular, que promueven el intercambio de buenas prácticas entre países en desarrollo.