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Venezuela: Las recetas locales ayudan a sacar provecho de la canasta de alimentos del WFP

Beinilet Salas utiliza los alimentos del Programa de Comidas Escolares del WFP para preparar platillos como el atol y el arroz con leche, este último el preferido de su hija de tres años. 
, Lorena García
Una mujer joven sostiene en sus manos una bolsa con alimento que parece ser harina. Al fondo, sentada en la mesa una niña de unos tres años, su hija, observa. Sobre la mesa hay alimentos, como una botella de aceite, una bolsa de sal.
Beinilet Salas desempaca la canasta de alimentos en el comedor de su casa mientras su hija María Victoria observa atenta. Foto: WFP/Lorena García

Si hay una palabra para definir a Beinilet Salas, esa sería creatividad.  Beinilet es una joven madre de la localidad de Pueblo Nuevo, ubicada en la península de Paraguaná del estado Falcón, quien aprendió a usar los recursos de su entorno en favor del bienestar de su hija María Victoria, de tres años, y su bebé, Humberto José, de cuatro meses.

Cuando su hija María Victoria inició su trayectoria educativa en 2021 en la Escuela Inicial “Juan de Dios Monzón”, ingresó también al Programa de Comidas Escolares del Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) en Venezuela, que está entregando canastas de alimentos para llevar a casa a los estudiantes de preescolar. En esa época Beinilet estaba embarazada de su segundo hijo.

Las canastas de alimentos que provee WFP a estudiantes de educación inicial y especial, incluye cereales, proteína vegetal, aceite vegetal y sal yodada, lo necesario para que las familias puedan complementar con frutas, vegetales y proteínas de origen animal, la nutrición de un niño o niña durante un mes.

Esta es una familia de cuatro miembros. Papá y mamá llevan barbijo o mascarilla, los niños no. Una niña de tres años es cargada en brazos por el papá y la mamá lleva a un bebé de unos meses de edad.
La familia López Salas se siente tranquila porque los niños reciben la canasta de alimentos de WFP. Foto: WFP/Lorena García
Recetas tradicionales y nutritivas

Los cereales que se incluyen en la canasta son productos que Beinilet ha usado creativamente en la preparación del atol (bebida a base de arroz y leche ) para alimentar a María Victoria, y para nutrirse durante su embarazo. “A las canastas les hemos sacado el máximo provecho, no solo para el hierro que la niña necesita a través de las lentejas o caraotas, sino también para preparar su tetero y el arroz con leche que le gusta”, comenta.

El arroz con leche es un postre tradicional de las familias venezolanas, que se elabora también como una especie de mazamorra para alimentar a toda la familia. En algunas regiones del país se le añade coco y canela.

Beinilet y su esposo, José López, que se dedica a la mecánica automotriz, aseguran que el Programa de Comidas Escolares de WFP les ha apoyado mucho en la alimentación de sus hijos, porque ahora pueden cubrir mejor otras necesidades básicas sin que les falte los nutrientes esenciales que requieren a su edad, complementando los alimentos de la canasta.

Una mujer camina por el pasillo de una escuela. Lleva colgado de su brazo derecho una bolsa azul con alimentos. La mujer lleva mascarilla o barbijo. Detrás de ella caminan otras personas.
Beinilet sale de la escuela con la canasta de alimentos. Foto: WFP/Lorena García
“Me alimento bien para poder dar lactancia exclusiva”

La llegada de su segundo hijo, Humberto José, le permitió a Beinilet formar parte del Programa de Atención Educativa No Convencional que el Ministerio del Poder Popular para la Educación desarrolla con madres gestantes en las escuelas de educación inicial, permitiendo que su bebé también ingresara al Programa de Comidas Escolares de WFP. Esto ha ayudado a Beinilet a mantener una mejor alimentación para el período de lactancia.

“A mí bebé le doy lactancia exclusiva y a libre demanda. En las consultas la pediatra me ha dicho que la salud de mi bebé es muy buena y su nutrición va muy bien”, manifiesta con satisfacción esta madre venezolana. 

Beinilet se siente feliz y agradecida de formar parte del Programa de Comidas Escolares de WFP en Venezuela, el cual, a nueve meses de haber iniciado sus operaciones en el país, está atendiendo a más de 120,000 personas al mes entre estudiantes y miembros del personal escolar.

Una mujer apila unas bolsas de alimentos sobre el comedor de su casa. Al fondo, una niña de cabello largo castraño sostiene sobre su rostro una de esas bolsas.
María Victoria López, de tres años, recibe emocionada a su mamá para ver qué trae su canasta de alimentos. Foto: WFP/Lorena García

 

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