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Cuba es la isla más grande del Caribe y ocupa la posición número 85 entre 193 países según el Informe sobre Desarrollo Humano 2023-2024, una posición que es respaldada por sus programas de protección social y acceso universal a los servicios básicos.

En 2023, el país experimentó una contracción del Producto Interior Bruto del 2 %, y la inflación se estimó en el 30 %, reflejando tres años consecutivos de subida de precios. Además, el acceso limitado a divisas ha reducido significativamente la disponibilidad de productos alimenticios nacionales e importados. Aunque la canasta de alimentos mensual del Gobierno proporciona productos básicos para toda la población, en 2023 fue importada casi en su totalidad, y el Gobierno informó de la escasez y los retrasos en su distribución. Estos problemas plantean dificultades crecientes para la seguridad alimentaria y la nutrición de muchas familias cubanas.

Datos del Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología, previos a la pandemia, mostraron una alta prevalencia de anemia entre niños de 6 a 23 meses en las provincias orientales y centrales y en La Habana.

La isla es uno de los países del Caribe más expuestos a huracanes, sequías e intensas lluvias. Además, la baja productividad agrícola y las elevadas pérdidas postcosecha siguen siendo desafíos clave en la nación.

Parte de las operaciones de WFP en Cuba están dirigidas a fortalecer las cadenas de valor agrícolas locales, y a vincular a los productores con los programas de protección social para garantizar el suministro de alimentos nutritivos producidos localmente. 

 

La labor del Programa Mundial de Alimentos en Cuba

Sistemas alimentarios locales resilientes y sostenibles
WFP prioriza al apoyo a las cadenas de valor agrícolas (desde la semilla y la producción en el campo hasta su consumo final), de cultivos nutritivos, aumentando la productividad e ingresos de los agricultores y reduciendo las pérdidas postcosecha, para garantizar un suministro estable y diverso de alimentos para las redes de protección social con un enfoque nutricional. Brindamos capacitación, asistencia técnica y equipos a pequeños agricultores y otros actores de los sistemas alimentarios con énfasis en reducir las vulnerabilidades de la producción de alimentos a eventos extremos y el cambio climático, aumentando los rendimientos de los cultivos y mejorando su calidad.
Fortalecimiento de los sistemas de protección social
El fortalecimiento de los sistemas alimentarios locales y su resiliencia beneficia a las Redes de Protección Social (RPS) al permitirles acceder a una dieta diversa y nutritiva mediante el vínculo con las formas productivas para el suministro estable de alimentos. A su vez, se contribuye a cerrar brechas en los procesos clave de las RPS para que el alimento llegue a las personas beneficiarias. Además, acompañamos los esfuerzos del gobierno por lograr programas de protección social más focalizados mediante análisis de vulnerabilidades, digitalización de los sistemas de registro de beneficiarios y la exploración de nuevas modalidades transferencia.
Alimentación escolar
WFP apoya el plan del gobierno para la alimentación escolar. Se imparten capacitaciones sobre hábitos alimentarios saludables y nutrición a niñas y niños y sus familias, educadores, elaboradores, y pequeños agricultores. También se apoya la capacitación para los procesos de compra y elaboración de alimentos, incluidos productos frescos de agricultores locales, y el diseño de menús balanceados sensibles a la nutrición.
Nutrición, comunicación y educación
WFP brinda asistencia alimentaria y apoya la implementación de estrategias de comunicación dirigidas a grupos nutricionalmente vulnerables, para incidir en un cambio de comportamiento respecto al consumo de alimentos saludables. Además, trabaja en prevenir la desnutrición en grupos vulnerables, adultos mayores y niños entre 6-23 meses, con la distribución de alimentos nutritivos especiales (leche, micronutrientes en polvo, super cereal) a través de diferentes vías: bodegas, consultorios médicos, y Sistemas de Atención a Familias (SAF).
Respuesta a las emergencias, resiliencia y gestión de riesgos de desastres
WFP contribuye a la estrategia integral del gobierno en materia de preparación y respuesta a emergencias, así como a la creación de capacidades para la toma de decisiones a nivel local. De igual manera, apoya el fortalecimiento de sistemas de alerta temprana y la evaluación de riesgos mediante análisis de la vulnerabilidad de la producción local de alimentos a la sequía y huracanes. WFP colabora en la gestión de múltiples riesgos para brindar, de manera inmediata, asistencia alimentaria y no alimentaria a las poblaciones afectadas por catástrofes.

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