Tres semanas de bombardeos casi constantes en Gaza han dejado a toda su población en condiciones desesperadas y catastróficas. El Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) se esfuerza por llegar a más de 1 millón de personas a las que se les está acabando el agua y los alimentos. A continuación, una funcionaria de WFP (que prefiere no ser identificada) describe el horror, el dolor personal de perder al menos a siete familiares y algunos amigos, sus sueños de un futuro mejor y por qué, a pesar de toda adversidad, su trabajo debe continuar.