¿Cuánto crees que sabes sobre los pueblos indígenas?
Los pueblos indígenas -que representan algo más del 6 % de la población mundial, unos 500 millones de personas- son depositarios de riquísimos patrimonios culturales y conocimientos ancestrales en campos como la medicina, la nutrición, la agricultura y la predicción meteorológica, entre otros.
Sin embargo, tienen tres veces más probabilidades de vivir en la pobreza extrema que sus pares no indígenas y constituyen casi una quinta parte de los pobres del mundo. Esto limita sus oportunidades de empleo, el acceso a la educación y... a alimentos nutritivos.
WFP trabaja con los pueblos indígenas de África, Asia y América Latina para mejorar su seguridad alimentaria y aumentar su resiliencia frente a la desigualdad y la discriminación profundamente arraigadas, los conflictos y la violencia, todo ello mientras las comunidades se ven asoladas por sequías, inundaciones y otras formas de condiciones meteorológicas extremas causadas por el cambio climático.
Sin embargo, al haber tenido que adaptarse a circunstancias cambiantes durante milenios, los pueblos indígenas han desarrollado prácticas sostenibles y resistentes que pueden contribuir a resolver los retos actuales en materia de seguridad alimentaria y nutrición.
Con 5.000 grupos indígenas que viven en 90 países y hablan más de la mitad de las lenguas del mundo, las oportunidades son infinitas, pero navegar por el complejo entramado étnico y cultural que subyace a la palabra "indígena" no es tarea fácil.
He aquí algunas ideas erróneas y los hechos reales.
Los pueblos indígenas viven principalmente en América y Australia
Incorrecto: de hecho, cerca del 70 % vive en Asia y el Pacífico, el 16,3 % en África y el 11, 5% en América Latina y el Caribe. WFP apoya a comunidades indígenas en países tan diversos como Bangladesh, Bolivia, Colombia, Ecuador, Filipinas, Guatemala, India, Nepal, Perú, la República del Congo y Venezuela, entre otros.
Los pueblos indígenas viven en territorios muy limitados
Error: en realidad poseen, utilizan u ocupan el 25 % de la masa terrestre mundial. Además, conservan el 80 % restante de la biodiversidad mundial. En los últimos años, comunidades indígenas y afrodescendientes de ambos lados de la frontera entre Colombia y Ecuador han contribuido a la reforestación de más de 10.000 hectáreas de tierra como parte de un proyecto respaldado por WFP. En Guatemala, la técnica agrícola tradicional maya conocida como cultivo intercalado o milpa, que consiste en sembrar maíz, frijoles y calabaza juntos, es una de las herramientas promovidas por WFP para permitir mayores rendimientos en medio de condiciones climáticas cada vez más duras.
La siembra y cuidado de los manglares promueve la armonía y convivencia en la frontera entre Colombia y Ecuador
Los pueblos indígenas viven estilos de vida rurales tradicionales
Parcialmente cierto - Más del 73,4 % de la población indígena mundial vive en zonas rurales, pero existen variaciones regionales sustanciales. En América Latina, por ejemplo, el 52,2 % de los pueblos indígenas viven en zonas urbanas. A medida que se pierden los medios de vida tradicionales y que la propia supervivencia de las comunidades se ve amenazada por fenómenos climáticos extremos y actividades humanas como la tala o la minería, muchos indígenas emigran a las ciudades en busca de trabajo.
En Bolivia, WFP trabaja con la nación indígena Uru -una de las más antiguas de América- para crear fuentes alternativas de ingresos después de que se secara el lago del que dependía su subsistencia. En el mismo país, WFP ha apoyado el espíritu empresarial y las oportunidades de empleo de los indígenas, incluida una cooperativa de mujeres que produce aperitivos nutritivos a partir de la quinoa, un cultivo tradicional.
La labor de WFP con los pueblos indígenas trata de rescatar y preservar los conocimientos tradicionales y combinarlos con los conocimientos y la tecnología modernos para encontrar las soluciones más adecuadas a sus problemas. Para ello, nos atenemos a las estructuras y procesos de toma de decisiones propios de cada comunidad, a fin de garantizar que nuestras iniciativas sean aceptadas por sus miembros y reflejen sus valores.