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826 pueblos indígenas siguen enfrentando múltiples retos

América Latina y el Caribe es una amplia y diversa región con un carácter multiétnico y multicultural
, Tayra Pinzón
Una mujer indígena de Imbabura sonríe mientras sostiene racimos de acelgas en ambas manos.
Rosa Castañeda dentro de un vivero en Imbabura, Ecuador. Foto: WFP/Giulio D'Adamo

Los pueblos indígenas, que suman entre 60 millones de personas (entre el 8 y 10% de la población de la región), enfrentan altos índices de pobreza, bajo acceso a servicios de salud, desnutrición crónica, altas tasas de mortalidad infantil, un alto porcentaje de analfabetismo y mínimas oportunidades de participación y representación política.

En América Latina y el Caribe tenemos 826 pueblos indígenas, con gran diversidad cultural y distintos sistemas alimentarios. Son poseedores de conocimientos tradicionales, custodios de semillas y protectores de la biodiversidad. Sus medios de vida pueden enseñarnos a preservar los recursos naturales, cultivar alimentos de forma sostenible y vivir en armonía con la naturaleza.

Indígena arhuaco come sandía en Pueblo Bello, Sierra Nevada, Colombia
Jaime Hernández del pueblo arhuaco en la Sierra Nevada, Valledupar, Colombia. Foto: WFP/Lorena Peña

Sus tradiciones, sus vestimentas llamativas y costumbres milenarias son solo algunas de las particularidades que los hacen indispensables en el patrimonio cultural de la región. 

Durante las últimas décadas, los gobiernos de la región se han comprometido y han asignado recursos para mejorar sus indicadores de salud, nutrición y educación a través de políticas, estrategias y programas. 

Sin embargo, y a pesar de los avances en reducción de pobreza alcanzados por los países en sus promedios nacionales, los grupos indígenas no han mostrado un progreso relevante en temas de reducción de pobreza, acceso a servicios adecuados de salud, mejoramiento en el acceso y la calidad de la educación y otros indicadores socioeconómicos; acrecentando al mismo tiempo la brecha social que enfrentan. Adicionalmente, esta situación es empeorada por la migración y el desplazamiento que afecta a tantos indígenas en diferentes países de la región.

En sus operaciones, el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) ha logrado llegar a personas y comunidades en países con una alta proporción de población indígena, como Bolivia, Guatemala, Colombia y Perú, entre otros. 

Estas son algunas de las acciones que el WFP realiza entre las poblaciones originarias:

  • Permitir que los niños y niñas y las mujeres embarazadas y lactantes puedan acceder a sus necesidades nutricionales especiales;
  • Ayudar a las familias indígenas en situación de vulnerabilidad a obtener, preservar y asegurar activos;
  • Promover que los hogares indígenas que dependen de recursos naturales degradados hagan un cambio hacia medios de vida más sostenibles;
  • Mitigar los efectos de la crisis climática en áreas vulnerables donde las poblaciones de indígenas están mayormente concentradas.

Seguimos avanzando en poner a los pueblos originarios en el centro del diseño de los programas en el WFP, para que puedan influir en las operaciones y así puedan ser atendidas sus necesidades para cambiar sus vidas. 

Vicenta Loza Quispe, señora uru chipaya.
Vicenta Loza Quispe, señora uru chipaya, en Bolivia. Foto: WFP/Ananí Chávez

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