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Día de la Madre Tierra: Protegiendo al planeta y la población caribeña

Mitigar los daños de la crisis climática es posible en el Caribe, donde seis países figuran entre los 30 más afectados en el mundo.
, Por Nadine Grimm-Pampe y Jenny Wilson
Flooded streets in Cap Haitien in January 2022. Photo: WFP/Theresa Piorr
Calles inundadas en Cap Haitien en enero. Foto: WFP/Theresa Piorr

 

El 2021 y 2022 fueron años récord en cuanto al número de tormentas y huracanes en el Atlántico, los cuales causaron daños por más de U$ 130.000 millones. Junto con el aumento del nivel del mar, las inundaciones costeras, las estaciones lluviosas más secas y el aumento de las temperaturas, estos eventos climáticos y meteorológicos amenazan a las naciones del Caribe, cuyas economías dependen de sectores vulnerables al cambio climático, como el turismo, la agricultura y la pesca.

Para hacer frente a los desafíos tanto presentes como futuros, el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) trabaja con comunidades, gobiernos y el sector privado para lograr una adaptación transformadora a la crisis climática. En 2021, el WFP asistió a 1,1 millones de personas en el Caribe con programas que incluyen seguros contra riesgos climáticos para agricultores y también para estados, el uso de sistemas de alerta temprana para dar asistencia anticipada ante fenómenos climáticos extremos, y rehabilitar y crear recursos de las comunidades para reforzar su resiliencia.

Reforestación y rehabilitación en Haití

Se estima que el 45% de la población haitiana no tiene suficientes alimentos para comer, la cifra más alta de inseguridad alimentaria en la región.

Una bomba suministra agua a los canales de riego en Limonade. Foto: WFP/Theresa Piorr
Una bomba suministra agua a los canales de riego en Limonade. Foto: WFP/Theresa Piorr

El año pasado, el WFP ayudó a 80.000 personas de seis departamentos en Haití a plantar 73.000 árboles y a rehabilitar 2.500 metros de diques de protección contra inundaciones y más de 6.200 metros de canales de drenaje. Los participantes recibieron en promedio U$ 42 de ayuda monetaria que les permitió comprar alimentos y otros artículos de primera necesidad.

La organización también proporcionó herramientas agrícolas, semillas de guisantes, maíz y sorgo, así como cabras para mitigar el impacto de las crisis, apoyar la producción local de alimentos y reforzar sus medios de vida.

"Cuando nuestra tierra se inunda, perdemos todas nuestras cosechas", dice Mariette Samson, pequeña agricultora de Dubuisson, en el Departamento Central. Junto con otros agricultores, participó en la construcción de diques de protección contra las inundaciones que dice “harán que las futuras inundaciones sean menos graves”. Agrega que el dinero en efectivo que recibió le “ha ayudado mucho".

WFP/Theresa Piorr
Mariette Samson participó en la construcción de estructuras que reducirán el impacto de las inundaciones en el futuro. WFP/Theresa Piorr
Marc, a farmer in the Central Department, with the new crops he's able to grow thanks to irrigation canals. Photo: WFP/TheresaPiorr
Marc, un agricultor, con su cosecha gracias a la mejora del riego apoyado por WFP. Foto: PMA/TheresaPiorr
Servicios climáticos en Cuba

En los últimos años, las sequías se han hecho más frecuentes en Cuba, afectando significativamente a la producción agrícola de alimentos. WFP trabaja para fortalecer la resiliencia de los agricultores y los sistemas alimentarios locales mediante los servicios climáticos y el fortalecimiento de las capacidades para la gestión de la sequía.

"Si le faltan datos como el del clima, está arriesgando más de un 30% del éxito de esa cosecha", dice Alfredo Torres (37 años), agricultor de maíz, frijoles y hortalizas en la provincia de Guantánamo.

Como resultado de un programa implementado por el WFP y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, financiado por ECHO, los servicios hidrológicos y meteorológicos de Cuba emiten conjuntamente boletines informativos para los agricultores. Esto ayuda a que ellos y sus cooperativas tomen decisiones informadas sobre la siembra y la cosecha antes y durante las sequías, y refuerza el sistema de alerta temprana del país para que el gobierno pueda gestionar mejor los riesgos y predecir cuándo puede haber escasez de alimentos.

"Hoy tenemos un meteorólogo en la cooperativa, algo que nunca pensé que tendría. Y ahora veo que mi economía futura está más garantizada," dice Alfredo.

Alfredo en su campo donde siembra maíz, frijol y hortalizas. WFP/Yursys MIRANDA
Alfredo en su campo donde siembra maíz, frijol y hortalizas. Foto/Ismael Francisco
Acción anticipada en la República Dominicana

Actuar antes de un fenómeno climático extremo es la mejor manera de salvar vidas y medios de vida. En la República Dominicana, WFP y el Gobierno han puesto en marcha un mecanismo de acción anticipada para activar la asistencia a 10.000 personas si el pronóstico predice inundaciones en las comunidades de la cuenca del río Yaque del Norte. Las personas vulnerables recibirán un desembolso de U$ 100, equivalente al 80% de la cesta de gastos mínimos mensual, dos o tres días antes de que lleguen las inundaciones, para que puedan tomar precauciones y no tengan que recurrir a mecanismos de supervivencia. Ahora están trabajando en la ampliación de esta iniciativa para cubrir a más personas y otros tipos de riesgos meteorológicos y climáticos.

Tracy, vendedora de pescado, en St. Joseph, República Dominicana, donde el apoyo técnico de WFP impulsa las protecciones sociales. Foto: WFP/Gabrielle Menezes
Tracy, vendedora de pescado, en St. Joseph, República Dominicana. Foto: WFP/Gabrielle Menezes
Reforzando la protección social de pequeños Estados insulares en desarrollo

La oficina multinacional de WFP opera en Barbados y cubre 22 pequeños Estados insulares en desarrollo. Apoya a los gobiernos para que sus sistemas de protección social sean más sensibles a las crisis. Un enfoque innovador que ha surgido es el trabajo con el Gobierno de Dominica, que se ve muy afectado por la temporada anual de huracanes. Por ejemplo, en 2017 el huracán María provocó pérdidas equivalentes al 226% de su PIB. Al vincular los sistemas de protección social a los pagos realizados por un seguro, las poblaciones afectadas ahora recibirán rápidamente pagos en efectivo en caso de tormenta tropical o huracán.

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