Cambio de clima, cambio de idea
Aprendiendo a amar el medio ambiente
Esperanza Vigil empezó a notar los cambios en el clima hace cuatro años, la última vez que el invierno fue normal. Desde entonces la floración de los árboles es diferente y hay más tormentas en su municipio de Joateca, en el departamento de Morazán, El Salvador. Se ve el desequilibrio, comenta. "Ahora está distorsionado".
En una zona donde la gente vive cada día para comer, también se da cuenta de que hay que proteger el medio ambiente para sobrevivir.
Esperanza dice, "Sabemos bien que no podemos vivir quizá ni un segundo sin oxígeno. Si no tenemos el oxígeno que los árboles producen, ¿cómo podríamos vivir?"
En su municipio, plantan árboles maderables y frutales en un vivero comunitario, como parte de un proyecto de reforestación y resiliencia al cambio climático. Los árboles son útiles para captar agua y respirar aire puro, dice Esperanza. Aparte, los frutales alimentan.
Si no tenemos el oxígeno que los árboles producen, ¿cómo podríamos vivir?
De talar árboles, han pasado a sembrarlos. Han cambiado de idea. "La mente está más despierta", explica Esperanza. Es un compromiso, pero sienten que vale la pena esforzarse.
"Debemos amar al medio ambiente porque sabemos que de él vivimos".
Sudando por una causa
"Se fijan cómo estoy sudando aquí", dice Marielos Segovia, al tiempo que se traza líneas en las mejillas con los dedos. "Antes en esta zona el clima no se sentía así. Era un poco más fresco".
Marielos, joven de 24 años del departamento oriental de Usulután, El Salvador, explica que "los jóvenes, especialmente los niños, ven los cambios y dicen que está haciendo mucha calor".
El municipio de San Francisco Javier donde vive Marielos es de alta pobreza y la gente piensa primero en traer alimentos a la casa. Está acostumbrada a sembrar solo maíz y frijol y a usar químicos. Parte de su trabajo como encargada de la unidad de medio ambiente en el municipio es concientizar a la comunidad. "Esta es una labor que todos debemos realizar porque ya sentimos los cambios climáticos".
Si no hacemos nada, entonces los cambios van a ser más bruscos y más rápidos
Como es difícil que cambien de idea agricultores que llevan décadas haciendo las cosas de una cierta manera, Marielos también habla con niños en las escuelas sobre la importancia de sembrar árboles, cuidar el agua y usar productos orgánicos.
Lo que motiva a Marielos es saber que "si no hacemos nada, entonces los cambios van a ser más bruscos y más rápidos".
Gracias al apoyo de la Unión Europea, el Programa Mundial de Alimentos (WFP) trabaja para construir resiliencia y asegurar los medios de vida de 900 familias salvadoreñas a lo largo del Corredor Seco.
Esta nota es parte de una serie producida por WFP y el equipo de redes sociales de Naciones Unidas.