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Sabor ancestral del caribe hondureño

El pan de coco y el kan-labu son alimentos tradicionales que forman parte del menú de las comunidades garífunas
, Fotos y textos por Tayra Pinzón
Yolanda, una mujer garífuna de Honduras, frente a su horno para hacer pan donado por el Gobierno de Canadá.
Yolanda Martínez es presidenta de PanMar, cooperativa de mujeres en la comunidad de Nueva Armenia, y el pan de coco es su medio de vida. 

El pan de coco es muy importante en la cultura garífuna y Yolanda ha dedicado gran parte de su vida a preparar este delicioso alimento. Desde pequeña ayudaba a su madre todos los días a hacer el pan y luego a venderlo por las calles de su comunidad.

¿Cómo se prepara? Según la receta, los cocos se parten en dos y se rallan manualmente. Del coco rallado se extrae la leche que se mezcla con harina, sal y manteca. Esta mezcla se amasa hasta que tenga una textura suave y se deja reposar. Luego la masa se parte en trozos que se moldean a mano para formar pequeñas bolitas que se colocan en una bandeja y luego se hornean con leña.

El pan de coco es de las más deliciosas tradiciones garífunas y lo que más suele consumirse en las tardes hondureñas junto con una taza de café.

 

A mis nietas ya les estoy enseñando a hacer el pan como mi mamá me enseñó. Quiero que aprendan a hacerlo y venderlo para que no tengan que depender de nadie.

PanMar y su panadería

Yolanda Martínez es la presidenta de PanMar, un grupo de mujeres en la comunidad de Nueva Armenia, en la costa caribeña de Honduras, que crearon una panadería. Ella nos cuenta que uno de los grandes secretos para lograr un pan bien esponjoso está en el amasado. 

La actividad del amasado se rota entre cada una de las mujeres de la panadería de acuerdo con un calendario de actividades. Todas están comprometidas con el crecimiento de la panadería como microempresa pues de ahí obtienen los ingresos para sus familias.

El grupo PanMar nació cuando un grupo de hermanas y vecinas que horneaban pan en la comunidad de Nueva Armenia en Jutiapa, Honduras, se asociaron. Recibieron capacitaciones y finalmente se organizaron. El nuevo horno, así como los utensilios para la preparación y horneado del pan, es parte de un proyecto apoyado por el Programa Mundial de Alimentos (WFP) con fondos del Gobierno de Canadá.

 

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