Cuando llega ‘la llena’: Cómo Honduras se enfrentó a la Tormenta Tropical Sara
Cada año se espera “la llena”, como llama María Regina Montoya a las inundaciones. Vive a orillas del río Aguán, que cuando llueve, amenaza con inundar la pequeña comunidad de Villa Hermosa en el departamento de Colón. Sin embargo, María Regina nunca está segura de qué tanto pueda subir el nivel del agua hasta el punto de tener que abandonar su hogar. Esta vez, al momento de reaccionar, ya era muy tarde.
"Desde que empieza a llover, ya sabemos que el agua puede venir en cualquier momento. No dormimos tranquilos, pero hacemos lo que podemos con lo poco que tenemos. Esta vez el agua llegó tan rápido que apenas logramos sacar algunas cositas antes de que inundara la casa", cuenta María Regina desde el umbral de su puerta. Dentro, colchones y otras pertenencias cuelgan del techo – este improvisado sistema de cuerdas ha evitado que sus pertenencias se echen a perder con las lluvias.
Cuando los meteorólogos estaban a punto de dar por cerrada la temporada de huracanes del Atlántico, la tormenta tropical Sara se formó en el Mar Caribe. Al tocar tierra en Honduras el 14 de noviembre de 2024, desplazó a más de 85 mil personas en 17 departamentos de Honduras. Para muchas familias, como la de María Regina, la única opción fue buscar refugio en albergues temporales. Allí, además de un lugar seguro y seco, recibieron comida o efectivo, para cubrir sus necesidades alimentarias más inmediatas.
A unos 200 kilómetros hacia el este de Honduras, en el departamento de Cortés, María Belén Velásquez tuvo que desalojar su hogar a toda prisa, con dos hijos en brazos, ante la crecida del agua.
“Gracias al dinero que recibí, pude comprar comida para mis hijos. Fue un alivio porque todo sucedió tan rápido, y no sabíamos cómo íbamos a salir adelante”, comparte María Belén desde una cancha de baloncesto en medio de una escuela que sirve como albergue provisional. Sus hijos tuvieron que recibir cuidado médico por haberse enfermado, al pasar toda la noche mojados.
“Las emergencias por inundaciones provocan crisis alimentaria de manera inminente a las familias afectadas que lo pierden todo en horas; WFP respondió de manera inmediata en un trabajo en conjunto con el gobierno de Honduras para reducir la inseguridad alimentaria y el impacto que genera este tipo de fenómenos, utilizando diferentes modalidades de atención como ser raciones de alimento, transferencias de efectivo y tarjetas de alimento con lo que se garantizó que las familias tuvieran alimento en sus mesas” explica Stephanie Hochstetter, representante de WFP en Honduras.
En estrecha coordinación con las autoridades y otras organizaciones, WFP distribuyó asistencia alimentaria a más de 62.000 personas en Honduras antes, durante y después de la tormenta tropical Sara. Las distribuciones incluyeron alimentos y transferencias de efectivo suficientes para cubrir las necesidades de una familia promedio de cinco miembros durante dos semanas.
“Es fundamental la sinergia entre instituciones del Estado, cooperantes y el Programa Mundial de Alimentos. Esto nos fortalece y nos permite llegar a cada una de las familias de mejor manera con todo lo necesario”, comentó Frank Antúnez, subcomisionado noroccidental de la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO) en Honduras.
Para María Regina, María Belén y muchas otras familias, esta ayuda llegó en el momento que más la necesitaban, mitigando el impacto de la tormenta y ayudándoles a reconstruir sus vidas. Con fenómenos climáticos cada vez más frecuentes e intensos debido al cambio climático, la respuesta humanitaria sigue siendo una herramienta esencial para proteger a las comunidades más vulnerables.
La temporada de huracanes del Atlántico en 2024 ha sido más activa y catastrófica de lo normal. Muchas familias se han visto obligadas a reconstruir sus hogares y sus vidas, destrozadas por las tormentas. WFP reafirma su compromiso con quienes sufren la crisis climática primero y peor, para que estén preparados, resistan y se recuperen lo más rápido posible.