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Guatemala: Iris ya no tiene que caminar 5 horas para buscar agua

Las mujeres de una comunidad guatemalteca pasaban extenuantes horas de trabajo para conseguir agua, pero un aljibe comunitario ha mejorado su situación
, Luisa Paredes

Diciembre de 2022 marcó un antes y un después para Iris Félix. Ese mes su comunidad terminó de construir un depósito de captación de agua de lluvia para almacenar 640 metros cúbicos del líquido. Fue un alivio para ella.

“Aquí no hay ríos, lagunas, nada cerca”, narra Iris.

Todos los años el agua escasea, principalmente en el verano, entre marzo y mayo. Iris, al igual que otras mujeres de Sangüijuela, se levantaban a las 3:00 de la madrugada, con un gran frío, para irse por un camino de tierra y subir cerros durante tres horas para buscar agua. Les tomaba dos horas regresar con su carga. 

Si bien las familias contaban con pequeños sistemas de captura para agua de lluvia, la mayoría seguía necesitando caminar hasta 10 kilómetros para recolectar el líquido. En ocasiones excepcionales, Iris y su familia pagaban Q350 (unos 45 dólares) para transportar en un vehículo varios galones de agua. 

Las mujeres y el agua

La recolección de agua para su consumo era una responsabilidad que recaía principalmente en las mujeres de la comunidad de Sangüijuela, comunidad ubicada a 30 kilómetros de la cabecera municipal de Chiantla, departamento de Huehuetenango. Era muy común ver a muchas de ellas caminar por kilómetros para abastecerse de agua. 

Debido a que el camino hacia la fuente de agua más cercana es desolado, ellas se organizaban en grupos para acompañarse y también ayudarse para cargar los costales con ropa para lavar.  “Regresábamos hasta las 5 de la tarde cansadas de caminar y de cargar la ropa”, comenta Iris. 

La construcción del aljibe cambió la situación de las mujeres ya que cubre durante dos meses las necesidades de agua de toda la comunidad, principalmente durante el verano. 

Esfuerzo conjunto

El diseño y construcción del aljibe implicó un esfuerzo conjunto de 10 meses, que inició en marzo y finalizó en diciembre de 2022.

La obra se construyó con el trabajo coordinado del socio implementador, Tejdesa, la municipalidad de Chiantla y principalmente de las personas de la comunidad, quienes aportaron más de 1,000 jornales de trabajo para construirlo. 

El Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) implementa desde el 2020 un programa de resiliencia en 10 comunidades de Chiantla, Santa Bárbara y Aguacatán, departamento de Huehuetenango, en el que participan 500 familias. 

En Sangüijuela se ha beneficiado a 63 familias con proyectos como la construcción de estructuras de conservación de suelos, producción de abono orgánico, provisión de estufas de gas, construcción de módulos para la crianza de aves y cerdos y grupos de ahorro y crédito, entre otros. Además, se han fortalecido las capacidades de hombres y mujeres en temas como igualdad de género, pequeños emprendimientos, nutrición y protección. 

La actividad formó parte del programa “Mejorando la seguridad alimentaria y nutrición de las poblaciones más vulnerables de Huehuetenango”, implementado por el WFP con el financiamiento de la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (KOICA).

Iris dejó de madrugar para buscar agua ya que el aljibe está a 15 minutos de su casa. Ahora recibe cinco galones cada dos días y va acompañada de su padre y su hermano para poder reunir el agua que necesitan para su hogar. 

“Estamos más descansadas porque no tenemos que cargar el agua por largas distancias”, expresa Iris, quien no pueda ocultar la felicidad. 

*Con información de Luis Molina. 

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