Guatemala: "La sequía venía, pero ya estábamos listas"
En esta comunidad del Corredor Seco, donde la sequía amenaza cada cosecha y la pobreza limita las oportunidades, Marta y su grupo ya estaban listas antes de que llegara cualquier ayuda externa. Ellas habían formado un grupo de ahorro que les permitió planificar, tomar decisiones y sostener a sus familias en los momentos más difíciles.
Cuando se anunció que la posible sequía podía impedir que los cultivos prosperaran, Marta y su grupo no esperaron. Ya se encontraban organizadas. Antes de que WFP llegara, ella había gestionado apoyo y lideraba un grupo que fortalecía la economía familiar.
En julio de 2025, cuando se activaron las Acciones Anticipatorias y el Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF) destinó US$4 millones para una respuesta interagencial implementada por WFP, FAO, UNICEF y OPS/OMS, Marta se convirtió en un rostro visible para esta intervención. Durante la identificación de hogares, su voz firme se escuchó: explicó las necesidades reales y se apropió del proceso. La comunidad la escuchaba y seguía sus indicaciones.
Marta no se quedó al margen. Mientras el equipo técnico de WFP trabajaba en la comunidad, ella se convirtió en el puente entre sus vecinos y quienes implementaban la respuesta. Explicó con claridad las necesidades, mantuvo informadas a las familias y aseguró que cada decisión respondiera a la realidad local.
En un país como Guatemala, que históricamente las voces que se escuchan suelen ser masculinas, Marta rompió el molde. Su liderazgo se hizo notar: habla con firmeza y es vista como autoridad dentro de su comunidad, que suele escuchar con atención cada palabra. Ese liderazgo natural que muestra Marta fue clave para que el Banco de Granos se instalara en Lela Chacón y se convirtiera en una herramienta para todas y todos.
Porque durante la visita del equipo técnico, Marta explicó que una de las mayores dificultades era no contar con recursos para viajar hasta el centro del municipio, donde están los mercados. El transporte era costoso y, aun llegando, los granos no siempre estaban a buen precio. Fue entonces cuando se decidió que Marta lideraría el Banco de Granos que se establecería en la comunidad.
“En Lela Chacón recibimos transferencias para comprar alimentos y abrimos un Banco de Granos con silos. Es la primera vez que tenemos algo así. Ahora el maíz y el frijol están aquí, seguros y a buen precio”, cuenta Marta con voz firme, la misma que inspira confianza en su comunidad.
Este Banco de Granos no es solo un conjunto de contenedores gigantes que almacenan maíz y frijol. Es una red de seguridad tejida por la comunidad misma, bajo el liderazgo de mujeres quienes están transformando la incertidumbre en resiliencia.
Para Marta, este logro no fue casualidad. “El Banco de Granos fortalece porque ya tenemos un grupo organizado que promueve la economía familiar. Fortalece nuestra economía como familia y el desarrollo de la comunidad”, afirma con orgullo. Su liderazgo y el de muchas otras mujeres en distintas regiones del país demuestra que cuando ellas toman la palabra, la asistencia se convierte en resiliencia.
En un territorio donde la falta de lluvia afectó el 80 % de la producción, los silos no solo guardan maíz y frijol: guardan tranquilidad, dignidad y futuro.
Hoy, a tres meses de activarse las Acciones Anticipatorias, la comunidad de Lela Chacón es prueba de que la organización y la anticipación son el camino para enfrentar la crisis. Con el liderazgo de mujeres como Marta, no esperan a que la emergencia llegue: se preparan, actúan y transforman su realidad, con la voz clara y la determinación de quien sabe que el cambio empieza desde adentro.