Actividades de resiliencia en Guatemala, planificar con y para las personas
Pendientes pronunciadas por caminos rocosos, de un lado de la ruta se levantan imponentes las montañas y del otro lado de la ventanilla sólo se puede ver un río al fondo del abismo. Tres horas manejando desde Chiquimula son necesarias para llegar a la comunidad El Orégano, del municipio de Jocotán, ubicado en el corredor seco de Guatemala.
El salón de la escuela es la sede de la reunión en la que el personal técnico del Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés), planifica las actividades de resiliencia que se espera realizar en los próximos cuatro años como parte del Programa PRO-Resiliencia para construir resiliencia en comunidades vulnerables a la inseguridad alimentaria y crisis climáticas (PRO-Res), financiado por la Unión Europea.
"Es primera vez que recibo una capacitación y que viene alguien hasta aquí", comenta María Elvira Pérez, quien siempre ha vivido en esta comunidad y espera que las actividades les ayuden a mejorar el acceso al agua "porque vivir aquí es vivir en la sequedad", agrega.
El Orégano es una de las 60 comunidades de Zacapa, Chiquimula y El Progreso en donde se implementarán acciones para que a largo plazo las personas beneficiarias puedan mejorar la resiliencia a los choques climáticos, a través de actividades como la producción de alimentos, generar auto empleo o la implementación de emprendimientos a pequeña escala.
Planificar con y para las personas
"Somos la comunidad más lejana de todo Jocotán y nos cuesta desarrollar, pero es para crecer y para producir", comenta Marvin López de Rosa, presidente del Comité Comunitario de Desarrollo de El Orégano mientras recorremos la comunidad con el personal técnico del WFP para identificar los puntos en los que desarrollaran las actividades.
Marvin está participando en el taller de planificación participativa organizado por el WFP, en el que se está implementando el enfoque de tres vertientes de planificación 3PA que tiene como objetivo fortalecer la planificación, el diseño, el fomento de la resiliencia, las redes de seguridad productiva, la reducción del riesgo de desastres y preparar la implementación de las actividades.
El enfoque de tres vertientes de planificación 3PA es una herramienta del WFP que divide en tres fases el análisis integrado de contexto (ICA), las Consultas Estacionales de Medios de Vida (CEMV) --que en el caso de PRO-Res se trabajó en el 2020 con representantes municipales y comunitarios-- y la Planificación Comunitaria Participativa, que se realizaron durante mayo y junio 2021 en las 60 comunidades.
Dicha herramienta abarca la consulta en temas como seguridad alimentaria, nutrición, choques climáticos, degradación de la tierra y medios de subsistencia y temporalidad. En el caso de Guatemala también se incluyó al proceso de consulta los temas de: género, tecnología, servicios financieros y comunicación, para identificar con las personas beneficiarias otras áreas que permitan realizar las actividades de resiliencia de forma integral.
Debido a la pandemia, realizar estos encuentros de planificación ha representado un reto para el personal técnico del WFP porque se han tenido que trabajar con grupos más pequeños, en espacios abiertos y tomando en cuenta todas las medidas de bioseguridad.
Durante la caminata por los senderos de El Orégano, Marvin se detiene y señala un lugar deforestado en donde antes había un bosque con árboles de pino gruesos que les proveía agua, madera y leña, pero después se redujo. "Vivimos momentos difíciles porque no hay agua, y para hacer nuestras casas tenemos que ir a comprar maderas a lugares lejanos", dijo Marvin. Asegura que el proyecto puede reforestar con pinos para crezcan en el lugar.
"Algún día vamos a decir que tenemos un Orégano totalmente cambiado. Esa es mi idea, por eso trabajo contento y sigo adelante", concluye Marvin mientras continúa caminando junto al personal técnico de WFP durante el recorrido.