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Un demoledor huracán Beryl deja una estela de destrucción a su paso por el Caribe oriental

El Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) está la zona de desastre prestando apoyo a los gobiernos y agencias regionales de socorro así como a los damnificados
, Elio Rujano
Imagen tomada en el puerto de la Isla Unión en San Vicente y las Granadinas dos días después del paso del huracán Beryl el 1 de julio de 2024.
Esta imagen fue tomada desde el ferry el 3 de julio (dos días después del paso del huracán) y muestra el nivel de destrucción dejado por Beryl en la Isla Unión, San Vicente y las Granadinas. Foto: WFP/Fedel Mansour
Imagen del monolito que le da la bienvenida los visitantes de la Isla Unión. El monolito está rodeado de escombros dejados por el huracán Beryl.
Beryl fue el primer huracán de la temporada de 2024 y también el más fuerte jamás registrado en el mes de julio. Destruyó la mayor parte de la Isla Unión, en San Vicente y las Granadinas, así como Carriacou y Petit Martinique, en Granada. Foto: WFP/Fedel Mansour
Una multitud de residentes de la Isla Unión se preparan para abordar el ferry y abandonar la isla tras el paso del huracán Beryl. Al fondo pueden verse las casas destrozadas por el huracán.
Beryl es una muestra, argumentan los gobiernos de las islas-estados del Caribe, del precio que están pagando sus poblaciones por una crisis climática que ellos no han provocado. Aquí, una multitud de residentes de la Isla Unión, en San Vicente y las Granadinas, son evacuados en un ferry. Foto: WFP/Fedel Mansour 
Dos funcionarios de WFP reciben un cargamento humanitario en el puerto de Kingstown, San Vicente y las Granadinas.
Una vez las autoridades solicitaron ayuda, los equipos de respuesta de WFP se pusieron manos a la obra. En Kingstown, San Vicente y las Granadinas, funcionarios de WFP reciben alimentos y otros artículos humanitarios para ser reenviados a la Isla Unión. Foto: WFP/Bryanna Hadaway 
Personal humanitario desempaca los alimentos secos y enlatados en la Isla Unión para luego distribuirlos entre la población afectada.
WFP comenzó la distribución de emergencia de los alimentos y otros artículos humanitarios de emergencia en la Isla Unión el 11 de julio. Foto: WFP/Bryanna Hadaway 
Un hombre con un sombrero de pirata recibe asistencia humanitaria en la Isla Unión de manos de un empleado de WFP.
Personal de WFP y otras agencias humanitarias entregan la asistencia de emergencia a los residentes de la isla Unión que fueron afectados por el huracán Beryl. Foto: WFP/Bryanna Hadaway 
Persona de distintas agencias de las Naciones Unidas visitan un refugio en Kingston, Jamaica, afectada por el huracán Beryl.
Además de apoyo logístico, personal de WFP realiza evaluaciones preliminares junto a otras agencias de la ONU para conocer la situación de los damnificados. En la foto, una visita a un albergue en Jamaica que fue azotada por Beryl el 3 de julio. Foto: WFP/Kaneal Gayle
Una mujer camina junto su hijo por una calle rodeada de casas destruidas por el huracán Beryl.
“Somos testigos de primera mano del impacto de la crisis climática en miles de personas cuyas vidas y sustentos fueron hechos pedazos por este huracán. Necesitamos inversiones que ayuden a estas personas a recuperarse y hacerse más resilientes ante el aumento de estos eventos climáticos y sus riesgos””, dijo Brian Bogart, Director designado de la Oficina Multipaís de WFP en el Caribe. Foto: WFP/Bryanna Hadaway 

 

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