Nicaragua: Convivir con la amenaza perpetua de una erupción volcánica
En la tarde del 5 de julio de 2023, cinco explosiones sacudieron a las comunidades asentadas en torno al San Cristóbal, el volcán más alto (1745 metros) y de los más activos del país. De hecho, las cenizas volcánicas cayeron sobre las ciudades El Viejo, Chinandega y Chichigalpa, así como en algunas comunidades, informó el Instituto Nacional de Estudios Territoriales (INETER).
Hace un año aproximadamente un evento similar sucedió en la zona. Rosa Elizabeth Cajina recuerda la última de las explosiones. Ella vive en la comunidad La Grecia # 3, ubicada justo entre los volcanes Chonco y San Cristóbal. “Escuchamos un gran ruido. ¡Plos! Y otra vez comenzó a caer cenizas. Nos quedamos dentro de nuestras casas, pendientes de cualquier eventualidad”.
Aunque estos repentinos “despertares” del San Cristóbal son considerados de pequeña magnitud por los especialistas, los gases y cenizas han afectado la salud y los medios de vida de las familias de las comunidades cercanas al volcán, que dependen de la agricultura y la ganadería.
Se crea el plan de respuesta
“Las erupciones se han venido haciendo cada vez más frecuentes”, afirmó Guillermo González, Ministro-Director del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (SINAPRED), durante el acto de entrega a las comunidades locales, municipales y departamentales del Plan de Respuesta Inmediata del Complejo Volcánico San Cristóbal. “Después que pasaron casi 100 años, cuando (el volcán) duerme, como decimos los nicaragüenses: ‘más miedo le tengo’, porque está acumulando presión”, agregó González.
El plan fue elaborado en conjunto con especialistas vulcanólogos, geólogos, técnicos municipales de la gestión del riesgo y las comunidades aledañas para estar mejor preparados ante una posible erupción.
WFP Nicaragua aportó recursos para el desarrollo del plan de respuesta como parte los objetivos del Plan Estratégico de País que contempla acompañar a las instituciones nacionales, comunidades y familias en la gestión del riesgo y en su fortalecimiento para estar mejor preparados frente eventos climáticos adversos y amenazas de origen natural, como las erupciones volcánicas.
Los volcanes San Cristóbal y Casitas, el cerro Mocintepe, los cráteres La Joya y La Pelona, y varias lagunas forman el complejo volcánico más grande del país.
Preparación y organización en todos los niveles
Cajina y muchos comunitarios más se unieron a los especialistas de SINAPRED, del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER) y a los técnicos municipales de gestión del riesgo para desarrollar, durante cinco meses, tres fases de trabajo que incluyeron: el levantamiento de la información de la amenaza que representa el complejo volcánico, los posibles escenarios, los niveles de organización y la respuesta local, municipal e institucional necesaria para la prevención y la respuesta oportuna ante una erupción.
Así nació el Plan de Respuesta Integral del Complejo Volcánico San Cristóbal, que abarca 11 municipios: siete municipios “afectados” directamente en el departamento de Chinandega, y cuatro municipios del vecino departamento de León, llamados “receptores”, que se activarían para responder a la población afectada.
El plan incluye mapas, rutas de evacuación y los protocolos de actuación de las instituciones y de la población en general para proteger a la vida y los medios de vida de los habitantes.
Se estima que una erupción, en dependencia de la magnitud, podría afectar a casi 300.000 personas de 220 comunidades en un radio de más de 10 kilómetros.
El compromiso de las comunidades chinandeganas
Josué Quedo, técnico del SINAPRED, formó parte del equipo que trabajó en el plan y tiene en alto el compromiso de las comunidades chinandeganas.
“Me impresiona la forma en que la población convive con la amenaza volcánica. Se han organizado para salvaguardar su vida y sus principales medios de vida, sus zonas de agricultura, de ganadería. Ellos conviven con la amenaza, conviven con el riesgo, pero su gran capacidad de organización me ha impactado”, indicó Quedo.
Los comunitarios y las autoridades de cada uno de los 11 municipios de Chinandega y León, considerados “afectados” o “receptores” participaron en el acto de entrega/devolución del Plan de Respuesta Integral en formato impreso y digital. La Grecia # 3 presentó su plan de respuesta comunitaria ya que cada comunidad tiene su propio plan elaborado por sus habitantes.
“En el Programa Mundial de Alimentos vemos con entusiasmo este gran esfuerzo realizado por las instituciones y las comunidades locales. Las familias de las zonas aledañas al complejo volcánico están muy bien representadas en el Plan de Respuesta Integral, están participando, recomendando, tomando decisiones junto a las autoridades y a los especialistas para proteger la vida de las personas y los medios de vida que les brindan el sustento”, expresó Athalie Mayo, Representante Adjunta del WFP.
Durante el huracán Mitch (1998), una ladera del volcán Casitas se desprendió, provocando una avalancha que sepultó a más de 2000 personas.
Y cada familia tiene su plan
Parte del trabajo que realizaron los especialistas y comunitarios incluyó el reto de que cada familia que habita cerca del complejo volcánico contara con su Plan de Respuesta Familiar. Cajina y una profesora local visitaron de manera voluntaria cada una de las casas de La Grecia # 3 para apoyarles en la elaboración de su plan.
Fue un gran esfuerzo (hay unas 300 familias en la Grecia # 3), pero con este plan las familias saben qué hacer y a dónde ir durante una erupción. “Yo hago este esfuerzo por amor porque en mi familia tengo adultos mayores: mi abuelita y mi madre, y a través de mí van a saber qué hacer”, finalizó Cajina.