Mujeres indígenas preparadas ante crisis climática
“Después de las fuertes lluvias, donde perdimos todos nuestros cultivos, solo teníamos para sobrevivir unos días”, dice Herlinda Caal, una pequeña agricultora en una comunidad q’eqchi’, uno de los pueblos mayas de Alta Verapaz en Guatemala.
Con índices de pobreza rondando 83 por ciento y pobreza extrema en 53 por ciento, Alta Verapaz es el departamento más pobre del país según una encuesta de 2014 realizada por el Instituto Nacional de Estadística.
Millones de personas viven una situación similar de precariedad y vulnerabilidad ante la crisis climática. Teniendo en cuenta la frecuencia y gravedad de eventos meteorológicos extremos en América Latina y el Caribe, el acceso a recursos financieros para personas afectadas es esencial para apoyarles con lo básico para sobrevivir después de un choque mayor.
En Guatemala, el seguro productivo con Aseguradora Rural de Banrural es un programa innovador que permite la construcción de resiliencia frente a la crisis climática y al riesgo de inseguridad alimentaria. El proyecto surge como resultado de una alianza de WFP con esta empresa del sector privado.
Gracias al programa, Herlinda y otras mujeres de su cooperativa, que produce maíz y carne de aves y cerdo, pueden mitigar las pérdidas económicas causadas por la sequía o el exceso de lluvias. Una prima anual equivalente a US $ 23 garantiza pagos de hasta US $ 154 en caso de sequía o lluvias.
“El microseguro es un gran beneficio”, cuenta Herlinda. “Así podremos salir adelante y darles de comer a nuestros hijos”.
Este primer año del proyecto piloto, WFP cubrirá las primas en las distintas cooperativas afiliadas y a partir del próximo año las mujeres asociadas cubrirán un monto de la prima.
Instrumentos de gestión financiera de riesgos para personas que no tienen acceso a servicios financieros tradicionales permiten que tengan una fuente de alimentos segura para sus familias.