La pandemia se ha llevado todo menos la sonrisa de los payasos
La pandemia ha golpeado con dureza al mundo artístico, y el cierre de establecimientos y la suspensión de fiestas ha dejado sin trabajo a un grupo especial: los payasos.
“Como todos los eventos fueron cancelados, andamos en la calle vendiendo cosas o solicitando el apoyo de la gente pues no tenemos cómo ganarnos la vida”, dijo Carlos Carranza, presidente de la Asociación de Payasos en Choluteca, conocido por el nombre artístico de “Patatín”.
Futuro incierto
Leonel Gonzáles, “Cacahuatio”, lleva en este oficio 40 años. Sus presentaciones artísticas en medio de una pandemia serían complicadas ya que, para hacer reír a la gente, los payasos necesitan usar sus expresiones faciales. Con una mascarilla eso sería imposible.
“Lo único que esta pandemia no nos ha llevado es nuestra sonrisa”, aseguró. Por el momento, no ve un fin a esta situación.
Ya no faltan los frijoles en casa
Patatín, Cacahuatio y otros payasos recibieron raciones de alimentos como parte de la asistencia humanitaria en emergencia que realiza el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) en Honduras.
“Nunca me imaginé que fuera un saco tan grande de comida”, dijo con una sonrisa en su rostro Olman Andrade, “Travieso”. “Si no fuera por este alimento, la situación en mi hogar sería más difícil pues ahora lo que consigo trabajando en la calle es para cubrir otras necesidades”, manifestó.
Entre tanto, Isaac Quiroz, “Chicharito”, opina que esta ración es una bendición para su familia. “Ya no faltan los frijolitos en mi casa y, para completar, me voy al río a pescar y así traer alguna tilapia o robalo para comer”, expresó Chicharito.
Sobre la operación
Actualmente el WFP en Honduras brinda asistencia alimentaria a casi 700 mil personas que perdieron sus fuentes de ingreso a raíz de la pandemia y a las damnificadas por el paso de los huracanes Eta e Iota.
Esta operación se implementa bajo dos modalidades de atención. Primero, la entrega de tarjetas de alimento a las familias que viven en zonas urbanas y periurbanas para que puedan canjearlas en comercios locales. Segundo, la entrega de raciones de alimentos en las zonas rurales, como fue el caso del grupo de 30 payasos en Choluteca.
Luego de recibir su ración de 120 libras de alimento, “Patatín” se despidió con una gran sonrisa. “Mi familia me está esperando; hoy prepararemos una rica comida”, decía mientras se alejaba del sitio de distribución.