Gaza: WFP se ve obligado a interrumpir las distribuciones de alimentos en el norte mientras un informe advierte que la crisis empeora
Hambrientos, sedientos y débiles, cada vez más gazatíes caen enfermos, según un informe publicado esta semana.
Al menos el 90 % de los niños menores de 5 años están afectados por una o más enfermedades infecciosas, y el 70 % ha tenido diarrea en las últimas dos semanas, según un análisis del Global Nutrition Cluster.
"Un alto el fuego humanitario inmediato sigue siendo la mejor oportunidad para salvar vidas y poner fin al sufrimiento", afirmaron el Programa Mundial de Alimentos, UNICEF y la Organización Mundial de la Salud en un comunicado.
"Si el conflicto no termina de inmediato, la situación nutricional de la infancia seguirá deteriorándose; esto traerá consigo muertes prevenibles o problemas de salud que afectarán de por vida a los niños y las niñas de Gaza, y las consecuencias podrán durar generaciones", dijo el Director Ejecutivo Adjunto de Acción Humanitaria y Operaciones de Suministro de UNICEF, Ted Chaiban.
La frontera del hambre: Por qué los camiones que transportan suministros humanitarios y alimentos a Gaza enfrentan largas esperas
Los altos niveles de enfermedad, la grave escasez de alimentos y agua potable, y el colapso casi total de los servicios sanitarios agravan la emaciación infantil y convierten cada día en una lucha por sobrevivir para los adultos.
Los exámenes nutricionales realizados en los refugios y centros de salud revelaron que el 15,6 % de los niños menores de 2 años sufren desnutrición aguda. De ellos, casi el 3 % padece la forma más grave de desnutrición, que los expone a un alto riesgo de muerte si no reciben tratamiento urgente.
Valerie Guarnieri, Subdirectora Ejecutiva de Operaciones de Programas del Programa Mundial de Alimentos, ha pedido "mejoras decisivas en la seguridad y el acceso humanitario, y puntos de entrada adicionales para que la ayuda entre en Gaza".
La situación en el norte de Gaza es especialmente alarmante. WFP se ha visto obligado a interrumpir las operaciones allí "hasta que se den las condiciones que permitan distribuciones seguras".
"La decisión de interrumpir las entregas en el norte de la Franja de Gaza no se ha tomado a la ligera, ya que sabemos que significa que la situación allí se deteriorará aún más y que más personas corren el riesgo de morir de hambre", declaró WFP en un comunicado.
WFP está profundamente comprometido en llegar urgentemente a la desesperada población de Gaza, pero debe garantizarse la seguridad y la protección de la entrega de ayuda alimentaria crítica y de las personas que la reciben.
"Imagina que tienes tanta hambre que estás dispuesto a correr en medio de un tiroteo para recoger comida. Eso es un reflejo del nivel de desesperación al que se enfrenta hoy la población de Gaza", declaró Matthew Hollingworth, Director del Programa Mundial de Alimentos para Palestina.
Voces desde Gaza: 'Mi prioridad es mantener cobijados a mis hijos. No puedo pensar en mí o en mi hija por nacer'
Por Nour Hammad
Ikhlas y sus tres hijos forman parte de las familias que se encuentran en primera línea del conflicto y del hambre. Abandonaron su hogar en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza, entre bombardeos y fuego de tanques. "Sólo pensaba en mantenerlos a salvo", afirma.
"Las escuelas (gestionadas por la ONU) eran los únicos refugios disponibles para mí y mis hijos. Entré en un aula llena de mujeres y me dieron la bienvenida".
Ikhlas tiene nueve meses de embarazo y es responsable de alimentar a sus tres hijos. Cada comida es un calvario. Encontrar un lugar donde dormir por la noche es un reto.
‘Los niños siempre están enfermos, constantemente tienen diarrea y a veces fiebre’
A pesar de sus esfuerzos, con la guerra en su vigésima semana, no ha podido cocinar una comida nutritiva para sus hijos debido a la falta de utensilios de cocina y combustible. Por no hablar de la falta de alimentos.
Ikhlas depende de la ayuda distribuida en los refugios de la ONU para alimentar a sus hijos, principalmente queso y alimentos enlatados.
"Los niños siempre están enfermos, constantemente tienen diarrea y a veces fiebre", explica.
Como muchas madres, Ikhlas opta por saltarse comidas para alimentar a sus hijos. "Estoy embarazada, sola, cuidando de tres niños", dice.
"Mi única prioridad es mantenerlos alimentados y cobijados. No puedo pensar en mí, ni en mi hija por nacer. No puedo pensar en cómo la alimentaré, ni en cómo la vestiré, ni siquiera en cómo daré a luz. El mañana está demasiado lejos, apenas puedo sobrevivir el día".
Además de los paquetes de asistencia alimentaria general, WFP suministra alimentos nutritivos especializados, ricos en nutrientes y calorías, para mujeres embarazadas y madres lactantes, así como para niños menores de 5 años. Estos alimentos contienen una serie de vitaminas y minerales, ácidos grasos esenciales y proteínas.
"Cuando nos lo dieron, a mis hijos les gustó y me di cuenta de que les llenaba. Es mi mayor alegría cuando se van a la cama calentitos y llenos", dice Ikhlas.
Hasta ahora, 40.000 niños y madres ya han recibido alimentos nutritivos especializados. WFP pretende llegar a 450.000 más en los próximos días. La continuación de esta misión, sin embargo, depende del acceso seguro y regular a Gaza que WFP y sus socios humanitarios reclaman.
En todo el mes de enero, WFP sólo consiguió hacer llegar a Gaza cuatro convoyes, es decir, unos 35 camiones cargados de alimentos, suficientes para casi 130.000 personas. "Realmente no es suficiente para evitar una hambruna, y sabemos que los niveles de hambre en la ciudad de Gaza ya están en ese nivel o acercándose a él", dijo Hollingworth de WFP.
"Necesitamos que cesen los combates", añadió en declaraciones a los medios de comunicación. "Si la guerra termina, podremos ocuparnos de asegurarnos de que podemos hacer llegar ayuda suficiente a todas las zonas de la Franja".
Para los gazatíes, la carne, los huevos y las comidas cocinadas se han convertido en cosa del pasado.
"Un paquete de huevos cuesta ahora 30 shekels (unos 10 dólares)", dice Muna, una madre que también se vio obligada a huir con su familia bajo el fuego. "Yo los compraba a pesar del alto precio... pero ahora ni siquiera los encuentro", añade.
"Antes de la guerra, me dije a mí misma que dejaría de amamantar a mi hija (de 18 meses) cuando empezara a andar", recuerda. Su hija dio sus primeros pasos el 6 de octubre, después de lo cual todo lo que conocía se vino abajo.
"Ahora no puedo dejar de darle el pecho. ¿De qué otra forma puedo alimentarla?", dice Muna, cuya familia no ha tenido acceso a alimentos adecuados en tres meses. "Amamanto a mi hija día y noche. Estoy cansada. No como lo suficiente y no ingiero alimentos sanos para alimentarla con mi leche".
"Mi hija lloraba toda la noche y se despertaba hambrienta", explicó. "Dejó de hacerlo cuando empecé a darle la comida especial. La mantiene llena, y eso la ayuda a dormir mejor".
En una Gaza asolada por el conflicto, se necesitan los esfuerzos conjuntos de las madres y de la comunidad humanitaria para mantener a cualquier niño seguro y alimentado. WFP sigue apoyando los esfuerzos de los padres para garantizar el bienestar de sus hijos, desde el suministro de galletas de alto valor energético, paquetes de alimentos y comidas calientes, hasta los alimentos especializados.
En una reciente entrevista a los medios de comunicación, Hollingworth resumió claramente la situación. "Gaza tiene hoy un aspecto totalmente distinto al de hace cuatro meses", afirmó. "La mitad de los edificios de toda la Franja son escombros. Está congestionada. Está sucia. No hay agua potable, o hay muy poca. Es una crisis de sanidad pública, además de una crisis de hambre. Necesitamos desesperadamente que entren en Gaza cantidades importantes de ayuda todos los días".