Crisis de hambre en Haití: Cómo WFP proporciona alimentos en medio de la violencia y la inseguridad
paciencia

“No puedes imaginar lo frustrado que estoy,” dice Janvier Muhima. Es temprano por la mañana y una misión para asistir a 30.000 personas en La Saline, una de las zonas más vulnerables de la capital, está retrasada “simplemente porque las carreteras están bloqueadas por la violencia en el área.”
No es de extrañar que esté negando con la cabeza, el jefe de la oficina del Programa Mundial de Alimentos (WFP) en la capital haitiana debe supervisar un convoy que lleva alimentos a una de sus zonas más desfavorecidas.
“Tenemos gente esperando que no recibirá comida hoy... y, sin embargo, eso es lo que se supone que deberíamos de estar haciendo”.
La Saline es “una zona bajo el control total de un grupo armado” donde “todo el sistema socioeconómico está trastornado: no hay mercados, no hay tiendas abiertas, la gente lucha por conseguir sus alimentos”.

El acceso de la población a los servicios – “cualquier cosa que pueda apoyar sus medios de subsistencia”- es prácticamente nulo. Con más del 80% de la ciudad controlada por varios grupos armados diferentes, ninguna misión es sencilla.
Cargar alimentos y trasladar camiones “de forma que se adapte a la capacidad de todos los implicados” requiere coordinación con las organizaciones asociadas a WFP, sus voluntarios, los líderes de las comunidades y la gente que recibe la asistencia, explica Muhima.
Las consideraciones relacionadas a la cadena de suministro incluyen qué tipo de camión es adecuado para cada zona en función de la calidad y la seguridad de la carretera.
“No podemos movilizar todos los camiones al mismo tiempo por motivos de seguridad, así que los dividimos en convoyes.”

Pero para los miles de residentes aislados del resto del país – gente de la tercera edad, mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, niños y personas con discapacidades – estas entregas de alimentos son un salvavidas.
WFP proporciona alimentos nutritivos especializados para evitar la desnutrición en las madres y los niños, y para que los que ya están desnutridos recuperen la salud. Además, asesora a las madres sobre nutrición infantil y lactancia materna.
El pasado mes de noviembre, WFP logró un gran avance al negociar el acceso para entregar 300 toneladas métricas de arroz, frijoles y aceite -suficientes para asistir a 50.000 personas- en otro barrio asediado. Era la primera vez en años que los habitantes de Croix-des-Bouquets, situado en el extremo norte de Puerto Príncipe, recibían ayuda humanitaria.
'Antes de ir a cualquier lugar de distribución, nos aseguramos de que los criterios están claramente definidos y son comprendidos por todas las comunidades'
El último informe de la Clasificación Integrada de las fases de Seguridad Alimentaria (IPC) - la norma mundial para medir la seguridad alimentaria- muestra que se prevé que 5,7 millones de personas -más de la mitad de todos los haitianos- sufran inseguridad alimentaria aguda en los próximos dos meses. De ellos, se prevé que algo más de 2 millones se enfrenten a un nivel de hambre de “emergencia” IPC4, mientras que unas 8.400 personas se enfrentarán a un nivel de “catástrofe” (IPC5), el nivel más crítico de inseguridad alimentaria, en el que las personas se enfrentan a la hambruna.
Muhima tiene claro qué es lo que hace que su equipo siga adelante: la preparación, el propósito, la pasión y una especie de orgullo silencioso por ser capaces de cumplir su cometido a pesar de los numerosos retos.
A pesar de las garantías de seguridad, los viajes a zonas controladas por grupos armados pueden ser angustiosos. “En los puestos de control no te permiten sacar el teléfono ni comunicarte”, dice. “Si pasa algo, ¿cómo voy a avisar a alguien?”.


It takes approximately two weeks to distribute to around 45,000 people, providing a food basket consisting of rice, beans, and oil that lasts for a month. Things don’t always go smoothly.
Nos tardamos aproximadamente dos semanas en distribuirle a 45.000 personas, proporcionando una canasta de alimentos que consiste de arroz, frijoles, y aceite, que les dura un mes. Los cosas no siempre salen bien. “Hacemos nuestro mejor para planear detalladamente antes de distribuir, para asegurarnos de que tenemos suficiente para alimentar a toda la población destinataria,” dice Muhima.
En febrero, más de un millón de personas habían sido desplazadas en Haití, tres veces más que en la misma época en 2024 (sólo este año, 100.000 han sido desplazadas). ¿Con qué precisión selecciona WFP a las personas que reciben ayuda alimentaria?
“Antes de ir a cualquier lugar de distribución, nos aseguramos de que los criterios están claramente definidos y son comprendidos por todas las comunidades”, afirma Muhima. “También formamos a nuestros socios y a las instituciones gubernamentales para que nos ayuden a seleccionar a los beneficiarios: trabajamos en estrecha colaboración con nuestros socios y con líderes locales que conocen a fondo la zona".


El seguimiento determina quién recibe la ayuda. “Y una vez que tenemos los resultados del proceso de selección de beneficiarios, elaboramos un plan”, dice Muhima. “Lo discutimos con los equipos de logística, seguridad, acceso y programas para asegurarnos de que todo el mundo está de acuerdo y de que disponemos de los recursos necesarios para satisfacer todas las necesidades identificadas”.
Y añade: “También utilizamos el seguimiento a distancia mediante teléfonos móviles para saber cómo van las cosas y asegurarnos de que nuestros socios llegan a los beneficiarios previstos, especialmente mujeres embarazadas, personas sufriendo de desnutrición, gente de tercera edad y jóvenes”.
Son esas personas a las que Muhima siente que ha defraudado hoy en La Saline, pero mañana se levantará al amanecer para intentarlo de nuevo.