Comidas escolares en el Orinoco venezolano (Parte 2): “Kokotuka orikaika”
Ya teníamos las respuestas a muchas preguntas, habíamos explorado, dialogado con la comunidad, sabíamos cómo y dónde. Después de meses de planeación, teníamos la ruta. Nuestras comidas escolares llegaban a tierra warao, por primera vez a una comunidad indígena en Venezuela.
La comunidad indígena de Bella Vista se ubica en el municipio Antonio Díaz, el más grande del estado Delta Amacuro. Sesenta por ciento de la población warao de Venezuela habita esta zona. Su cercanía con Trinidad y Tobago, la Guyana Esequiba y Surinam, lo convierte en un mosaico cultural. Los diálogos en warao, español e inglés se cruzan con facilidad.
Esta sería la primera vez que las comidas escolares del Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) llegaban a una comunidad indígena en Venezuela. Para WFP, es prioridad llegar a poblaciones originarias como los warao, para contribuir a mejorar su seguridad alimentaria y garantizar a niñas y niños indígenas el acceso a alimentos nutritivos.
“Kokotuka orikaika” (Todos juntos)
En estas tierras ancestrales todavía es costumbre “ir siempre juntos”. A bordo de la wajibaka (canoa) llegaban las familias con tres, cuatro o hasta cinco hijos. Todos juntos a recoger su canasta de alimentos, o a enterarse cómo era eso de las comidas escolares.
Se dice que las familias warao son nómadas, pueden recorrer grandes distancias “a canalete”. Donde les agarra la noche, ahí pernoctan y continúan su rumbo al día siguiente. Siempre en busca de comida: la pesca y los conucos son su sustento.
En el entorno familiar warao, las comidas son el centro de unión familiar. Cuando se llega de pescar y está listo el ocumo sancochado, es hora de la cena. Se come una o dos veces al día, pero siempre juntos alrededor del jeko (fogón).
Muchos territorios warao en la actualidad se mantienen de difícil acceso, con poca influencia externa. Allí no han permeado las costumbres del “jotarao” o criollo, como los cumpleaños o la navidad. Muchas veces las personas no saben las fechas en que sus descendientes han nacido. El programa de WFP ha tenido que adaptarse a ese entorno cultural y apoyarse en las maestras y maestros de las escuelas para lograr los registros.
Bella Vista y Almirante Brión son dos de las escuelas en estas zonas, a las que solo se llega por agua. Están sostenidas en pilares de madera construidos sobre el río Orinoco. De allí salen las canastas de alimentos de WFP directo a sus janokos (hogares).
Hasta la segunda distribución de comidas escolares en Bella Vista, WFP ha entregado más de dos mil canastas de alimentos a 537 niñas y niños warao. Navegar el río Orinoco con más de 11 toneladas de alimentos sigue siendo un gran desafío, y en la misma medida, una gran satisfacción para el equipo de WFP Venezuela.