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Venezuela: WFP rehabilitará cocinas escolares para servir comidas calientes a sus estudiantes

WFP ha valorado más de 1.000 cocinas escolares en los estados Falcón, Yaracuy, Trujillo y Barinas con miras rehabilitar sus instalaciones
, Lorena García
Una mujer está de pie al lado de la estufa oxidada en la cocina de una escuela en Venezuela.
La directora del Centro de Educación Inicial 5 de Julio, Yajaira Paz, muestra la cocina escolar durante un recorrido por las instalaciones escolares en el estado Falcón. Foto: Alexis Masciarelli

 

Tras dos años de clases virtuales por la pandemia, las escuelas venezolanas vuelven a recibir a sus estudiantes. Para el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés), esta etapa marca también el inicio de otra fase de su operación en el país: la rehabilitación de cocinas escolares para que los estudiantes de educación preescolar y especial reciban comidas nutritivas preparadas en las escuelas. 

Renovación, dotación y agua segura

Desde que comenzó operaciones en Venezuela en 2021, el programa de comidas escolares del WFP distribuyó canastas de alimentos para llevar a casa. Sin embargo, una vez reabrieran las escuelas, el WFP acordó apoyar la rehabilitación de las cocinas para que niñas y niños recibieran comidas calientes en los comedores escolares. 

La rehabilitación de cocinas escolares implica la renovación y mantenimiento de edificios, mejora en la seguridad de las instalaciones, acceso al agua segura y la dotación de las cocinas. WFP ya ha evaluado más de 1.000 escuelas en los estados Falcón, Yaracuy, Trujillo y Barinas, que son parte del programa de comidas escolares, y en junio planea iniciar el primer piloto de rehabilitación. Este piloto se hará a la par de la expansión del programa de comidas escolares a otros cuatro estados del oriente venezolano: Delta Amacuro, Anzoátegui, Monagas y Sucre.

El encargado de evaluar las estructuras escolares fue el ingeniero del WFP, Carlos Prats. A su juicio, las cocinas y comedores inspeccionados requieren de mucho mantenimiento para reiniciar sus actividades luego de dos años de cierre operativo. 

Una maestra camina dentro de un aula escolar vacía. El aula está llena pupitres y las sillas están colocadas patas arriba sobre los pupitres.
Las escuelas venezolanas, como en todo el mundo, se habían mantenido en clases virtuales a causa de la pandemia. Foto: Alexis Masciarelli

“Durante las inspecciones me fijo en cómo cocinan los alimentos, si cocinan con gas, con electricidad o con leña, y si tenemos disponibilidad de agua corriente. También me fijo si el espacio es seguro y saludable para las cocineras que preparan las comidas”, comenta Prats.

Prats asegura que la renovación de la mayoría de las cocinas escolares requiere la adecuación para servir comidas calientes a los estudiantes ya que algunos equipos están dañados o en muchos casos no existen. Se espera que brindar comidas calientes en las escuelas mejore la nutrición de los estudiantes, así como las tasas de asistencia.

Este mes de abril se celebró el primer año de la firma del memorándum de entendimiento entre WFP y el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela para establecer la presencia de WFP en el país, que a la fecha atiende a más de 120.000 personas y ha distribuido más de medio millón de canastas de alimentos.

Un hombre y una mujer conversan sentados en el patio de una escuela en un dia soleado. Él es Carlos Pratts, ingeniero del Programa Mundial de Alimentos, y ella es una profesora.
Carlos Prats, ingeniero del WFP, realiza una evaluación integral de las instalaciones para conocer las necesidades de cada institución educativa. Foto: Alexis Masciarelli

 

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