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Los refugiados enfrentan un aumento del hambre en medio de la COVID-19 debido a la falta de fondos

WFP proporciona transferencias de efectivo a los refugiados en el campamento de Dzaleka, Malawi, para la compra de alimentos de su preferencia en los mercados locales. Foto: WFP/Badre Bahaji
ROMA – Millones de refugiados enfrentan un futuro de incertidumbre y hambre ya que los efectos de la pandemia en los presupuestos de ayuda se están provocando la escasez de fondos para las operaciones de emergencia, advirtió el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP, por sus siglas en inglés) antes del Día Mundial del Refugiado.  

Los significativos déficits de financiación en África del este y África del sur, así como en Oriente Medio, han obligado a reducir las raciones de algunas de las personas más vulnerables del mundo que dependen de los alimentos del WFP para sobrevivir. Solo en África del este, casi tres cuartas partes de los refugiados han visto sus raciones reducidas en hasta un 60%. En África de sur, se han reducido en casi un tercio las raciones de los refugiados en Tanzania, quienes dependen enteramente de la asistencia del WFP. La importante escasez de fondos para la Respuesta Regional de Siria significa que 242.000 refugiados en Jordania pueden quedar sin asistencia a fines de agosto, a menos que se reciban más fondos. 

“Lo que estamos viendo es el impacto de la COVID-19 en la financiación de los gobiernos donantes y esto está afectando negativamente nuestra capacidad para responder y apoyar a algunas de las personas más vulnerables del mundo”, dijo Margot van der Velden, Directora de Emergencies del WFP. “Las vidas de las personas más marginadas del mundo están en juego y estamos instando a los donantes a no dar la espalda a los refugiados cuando más lo necesitan”. 

Para evitar recortes en la asistencia alimentaria, ya sea mediante la reducción de raciones o la exclusión total de personas de la asistencia, se necesita financiación suficiente al menos un mes antes de la interrupción prevista en el flujo de alimentos a los países de acogida de refugiados. 

Las crecientes brechas de financiamiento se suman al aumento de los precios de los alimentos y a menos oportunidades para que los refugiados complementen su asistencia alimentaria a medida que las economías informales se reducen debido a los confinamientos o encierros por la COVID-19.  

Mientras tanto, el número de personas en necesidad está aumentando a nivel mundial a medida que los conflictos, los desastres y las crisis económicas están aumentando los niveles de hambre. El WFP y otras organizaciones humanitarias se enfrentan a decisiones difíciles. En Ruanda, el WFP ha implementado asistencia alimentaria selectiva dando prioridad a los más necesitados. A pesar de esto, la financiación es tan escasa que incluso los más vulnerables aún no reciben raciones completas, que se obtienen como asistencia en efectivo. 

“Durante el confinamiento por la COVID-19, no podíamos salir del campamento y no podíamos ganar nada, ya que todo el trabajo informal fuera del campamento se detuvo”, dijo Ange, un refugiado de la República Democrática del Congo (RDC) que vive en Ruanda. “La situación empeoró cuando se redujo nuestra ración de alimentos. Mi familia comenzó a enfrentar una grave escasez de alimentos”, agregó. 

Algunas de las operaciones del WFP con menos fondos son también aquellas con importantes poblaciones de refugiados que necesitan apoyo. Por ejemplo, en Uganda, el WFP apoya a más de 1,2 millones de refugiados, lo que representa el 65% de las operaciones del país. Un deficit de financiación del país de más del 80% ha tenido un fuerte impacto en los refugiados que dependen de la asistencia del WFP. 

Un nuevo informe del WFP(en inglés) advierte sobre el creciente número de personas al borde de la hambruna. De acuerdo al informe, a principios de año se proyectaban 34 millones al borde de la hambruna, pero para junio se proyectaban 41 millones, por lo que es vital que el mundo dé un paso adelante para apoyar a las más vulnerables.  

Operaciones del WFP para los refugiados afectadas por la escasez de fondos: 

Chad: La nueva afluencia de refugiados de Sudán y la República Centroafricana significa que el WFP puede verse obligado a reducir las raciones y suspender/priorizar actividades que afectarán a los grupos vulnerables que dependen del apoyo del WFP, en particular los niños desnutridos. 

Camerún: Es posible que se solicite al WFP que reduzca las raciones de alimentos para los beneficiarios más vulnerables, incluidos 70.000 nigerianos y 100.00 refugiados de la República Centroafricana. 

República Democrática del Congo: En 2021, el WFP ha apoyado a unos 148.000 refugiados en campamentos en la República Democrática del Congo, incluido el reciente flujo de unos 92.000 refugiados de la República Centroafricana. Desde mayo de 2020, el WFP en la República Democrática del Congo ha estado reduciendo en un 25%, en promedio, las raciones de su programa de asistencia a los refugiados. 

África del este: La escasez de fondos ha obligado a reducir las raciones para más de 3 millones de refugiados en hasta un 60%. Las raciones se redujeron en un 60% en Ruanda, 50% en Sudán del Sur, 40% en Uganda y Kenia, 23% en Djibouti y 16% en Etiopía. 

Malawi: En el marco de su respuesta a los refugiados, el WFP en Malawi implementó transferencias en efectivo y puso en marcha actividades de apoyo a los medios de vida para mejorar la autosuficiencia de los refugiados. Sin embargo, la escasez de fondos ha provocado un recorte de raciones del 25% desde julio de 2020. 

República del Congo: El WFP brinda asistencia a más de 20.000 refugiados en este país. Las deficiencias significativas han provocado que los ciclos de distribución de alimentos hayan sido irregulares.  

Respuesta Regional de Siria:En los cinco países en donde el WFP apoya a los refugiados sirios, se requiren US$408 millones para los próximos seis meses. 

En Jordania, al menos 21,000 refugiados ya no recibirán la asistencia alimentaria del WFP a partir del 1 de julio. Si no se materializa ninguna financiación adicional, el WFP dejará de asistir a otros 242.000 refugiados para finales de agosto. Alrededor de 220.000 refugiados extremadamente vulnerables en campamentos y comunidades seguirán recibiendo el apoyo del WFP hasta septiembre.  

En Egipto, el WFP –a través de la selección conjunta con el ACNUR- está considerando priorizar la asistencia a 110.000 personas, reduciendo el número de beneficiarios en 20.000. 

Tanzania: La operación del WFP para los refugiados enfrentó importantes déficits de financiación que llevaron a la reducción en las raciones de hasta un 32% del requerimiento mínimo de calorías desde diciembre de 2020.  

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