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Venezuela: "El trabajo con WFP es de retos y aprendizajes diarios"

Andreina Rincón es la jefa del almacén de Coro, en el estado Falcón, desde donde se distribuyen los alimentos para unas 43.000 personas, entre estudiantes y personal, en 321 escuelas de educación inicial y especial
, Lorena García
Dos mujeres hablando
Adreina (der.) conversa con Laura Melo, Representante del WFP en Venezuela. Foto: WFP/Samuel Gómez

Aunque Andreina Rincón desconocía cómo funcionaba el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por siglas en inglés), sus 10 años de experiencia como jefa de almacén de una empresa de alimentos la impulsaron a aceptar el reto de ser la jefa del almacén del WFP en Coro, estado Falcón.

Fue en Falcón en donde el WFP comenzó hace un año las primeras distribuciones de alimentos de su nuevo Programa de Alimentación Escolar, dirigidos a estudiantes de educación preescolar y especial.

Andreina recuerda que recién se unió al WFP, su primera experiencia en el terreno fue para conocer el proceso de distribución en las escuelas. “Pude observar el resultado satisfactorio del esfuerzo y del trabajo realizado en equipo cuando las personas reciben sus alimentos de parte de WFP”, explica.

Mujer hablando a cuatro personas
Junto al equipo de WFP, Andreina (al centro) recibe a la misión con embajadores de Alemania y Francia en el almacén de Coro, estado Falcón. Foto: WFP/Samuel Gómez

Andreina es la encargada de planificar y llevar a cabo las distribuciones del Programa de Comidas Escolares en el estado Falcón, así como de verificar que haya en inventario alimentos suficientes para ser distribuidos en cada ciclo y a cada escuela. “De este almacén salen alimentos para 321 escuelas para atender a aproximadamente 43.000 personas”, comenta.

La bodega de Coro recibe más de 490 toneladas de alimentos para cada ciclo de distribución, y Andreina debe asegurar su adecuado almacenamiento para que conserven su calidad e inocuidad. Ella también administra a diario la carga de unos ocho camiones para la distribución de los alimentos en las escuelas.

“Mi experiencia en WFP ha sido de constantes retos y nuevos aprendizajes, los cuales me han permitido un crecimiento profesional acompañado de grandes satisfacciones personales”, explica la jefa de bodega.

Para Andreina, la labor humanitaria es una oportunidad para ayudar a las personas en condición de vulnerabilidad, aportando en la mejora de su calidad de vida. “Trabajar para WFP es sumamente gratificante, siento plena satisfacción poder contribuir a salvar vidas y mejorar la nutrición de las personas mas vulnerables”.

Empleada de WFP con una bandera de WFP y 7 trabajadores
Andreina Rincón recibe la primera distribución de Súper Cereal Plus en Coro, estado Falcón. Foto: WFP/Beatriz Vargas

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