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¡Vamos a comer!

Fue lo que gritaron de alegría las hijas de Johana Soto cuando vieron a su madre con provisiones.
, Diego Alvarez
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Johana (segunda de izquierda a derecha) migró de Venezuela a Colombia junto a su familia. Foto: WFP/Nicolás Cabrera.

El río Arauca es una frontera natural entre Venezuela y Colombia. Diariamente los balseros transportan mercancías y personas de un lado al otro, pero en los últimos años sus aguas han sido testigo del incremento del número de migrantes venezolanos que quieren pasar a Colombia.

Michell Blanco, de 18 años recuerda su experiencia: "En el momento en que cruzamos en la canoa, venía mi mamá, mi padrastro, mis hermanas, mi pareja, y mi niño. Tenía mucho miedo. Yo me agaché porque se tambaleaba mucho; el río estaba crecido. Abracé con fuerza a mi niño."

La familia cruzó sin problemas. Venían desde muy lejos y ya no retrocederían. Meses atrás, Johana, la mamá de las jóvenes, había realizado varios viajes desde Acarigua, en el estado de Portuguesa, tratando de buscar oportunidades y estabilidad para toda la familia. No trajo a todos de una vez.

A pesar del dolor de dejar su país, Johana ahora vive contenta en Arauca, Colombia. "Aquí estoy agradecida por este país, pero siempre he querido volver a mi tierra porque allá están las cosas bonitas de uno", dice Johana.

Un mejor futuro

Johana y su familia reciben bonos del Programa Mundial de Alimentos (WFP) que canjean en un supermercado de la ciudad de Arauca. Ella afirma estar muy agradecida pues al no tener que preocuparse por los alimentos para su familia, piensa que el futuro será mejor, más promisorio.

Ella, como muchas de las personas que reciben el bono, planea dedicar más tiempo a la búsqueda de oportunidades, y por qué no, abrir un pequeño negocio con el dinero que ahorra.

Al regresar del supermercado, cargada con varias bolsas de alimentos, Johana piensa en grandes planes para su familia mientras las niñas, emocionadas, le esperan para preparar los alimentos.

"Cuando llegué con las bolsas estaban ellas aquí esperando": Michell, Wendy y Jenifer, sus tres hijas. "Estaban alegres porque nunca habían visto tanta comida junta en su vida, y empezaron a buscar qué íbamos a cocinar. ¡Vamos a hacer una ensalada! ¡Vamos a fritar carne! ¡Vamos a hacer arroz! ¡Vamos a comer!"

El Programa Mundial de Alimentos (WFP) en Colombia asiste a un promedio de 220,000 personas por mes a través de comidas calientes, bonos, kits de alimentos y alimentación escolar en 5 departamentos fronterizos: Arauca, Cesar, La Guajira, Nariño y Norte de Santander.

Conozca más sobre el trabajo del WFP en Colombia