Perú: “Ambos nos preocupamos por la nutrición de nuestro hijo”
Junior Chunga y su esposa Bianca, viven con su hija Carmen (6) y su hijo Joel (1 año y 8 meses) en Los Pocitos, una tranquila comunidad en el desierto de Sechura en Piura, Perú.
Pero su tranquilidad fue alterada cuando les informaron que Joel, que en ese momento tenía 6 meses, presentaba anemia moderada, con una hemoglobina de 8.8 mg/dl.
“Nos preocupamos porque es peligroso y los niños no se desarrollan normalmente”, mencionó Junior. Asegura que Bianca y él notaban que el pequeño Joel estaba débil, sin apetito y sin ganas de jugar, tres síntomas de la anemia.
Para superarla, Joel comenzó a recibir en el centro de salud un jarabe de sulfato ferroso (un suplemento de hierro) mientras que una agente comunitaria brindó a la familia consejería nutricional, capacitaciones y seguimiento.
A través de la consejería, Junior y Bianca empezaron a ofrecer al niño sangrecita de pollo, vísceras oscuras y pescados. Al inicio Joel no los quería, pero poco a poco aprendió a comerlos y a mejorar su apetito.
“Tiene que llevar la mejor alimentación para que su cerebro se desarrolle”, comenta Junior. De hecho, a su edad Joel se encuentra en una etapa conocida como “la ventana de los 1000 días” (desde la gestación hasta los dos años), en donde niñas y niños deben recibir una buena nutrición para crecer fuertes y sanos.
Finalmente, Junior y Bianca recibieron buenas noticias. Más de un año después del diagnóstico, les informaron que la hemoglobina de su hijo había aumentado a 12.8 mg/dl. Eso significaba que Joel había superado la anemia.
Situación nutricional en Perú
Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) realizada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática, al año 2020, el 40% de las niñas y niños entre 6 y 35 meses tiene anemia y el 12.1% de menores de 5 años sufrió de desnutrición crónica.
WFP y el Fondo Social del Proyecto Integral Bayóvar (FOSPIBAY) implementan desde el año 2015 el Proyecto “Promoción de la Seguridad Alimentaria y Nutricional” - PROSAN, en la provincia de Sechura. Este plan de acción comunitaria, desarrollado en dos etapas, propone mejorar la alimentación y reducir la anemia y desnutrición, sobre todo en niñas y niños de la primera infancia y gestantes, acompañado de una estrategia de comunicación social para el cambio de hábitos.