Comidas calientes: nutrición con sabor a hogar en las escuelas del Perú
Cada mañana, Loan se despierta entusiasmado por ir a la escuela. En casa, todo ocurre con rapidez: su madre lo acompaña al colegio antes de dirigirse al trabajo. Loan llega contento, listo para ver a sus amigos y disfrutar juntos de un desayuno caliente y nutritivo.
“Aquí como alimentos nutritivos. Si no me alimento bien, me enfermaría y hasta iría al hospital”.
De la escuela al diseño de políticas públicas
Amparado en las leyes que reconocen la alimentación como un derecho y promueven dietas saludables, el programa de alimentación escolar ha comenzado a diversificar sus modalidades de atención. El objetivo es convertir este programa social en una plataforma que impulse el desarrollo humano, incorporando alimentos frescos y saludables que mejoren la aceptación y el bienestar de los estudiantes.
En 2024, el Programa Mundial de Alimentos (WFP) y el Programa Nacional de Alimentación Escolar del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) lanzaron el piloto 'Comidas Calientes'. Esta iniciativa busca generar la evidencia necesaria para reformar el reglamento nacional y permitir nuevas formas de atención alimentaria en las escuelas.
“Este proyecto piloto es fruto del trabajo articulado con el Programa Mundial de Alimentos, y consiste en garantizar la preparación de comidas calientes como si fuera preparado en casa para nuestros hijos. Queremos que se brinden de esa manera en las escuelas para que las niñas y niños puedan tener el calor del hogar al consumir sus alimentos ricos en vitaminas, y tengan energía para sus aprendizajes y actividades recreativas”, explica Julio Demartini, Ministro de Desarrollo e Inclusión Social.
Implementado en dos instituciones educativas de Lima Cercado, el piloto permitió que 621 niñas y niños recibieran cada mañana alimentos calientes, nutritivos y seguros. Los menús tuvieron gran aceptación entre estudiantes y la comunidad educativa. El consumo de las raciones alimentarias se duplicó, pasando del 42,5 % al 82 %.
A partir de los resultados obtenidos, el MIDIS anunció su expansión a 200 escuelas en 2025, con un presupuesto de USD 16,2 millones para adaptar cocinas, equipar espacios y asegurar condiciones adecuadas para preparar y servir las comidas en el nuevo año escolar.
El modelo también abre oportunidades para dinamizar economías locales. Gracias a la Ley de Compras Públicas a la Agricultura Familiar, aprobada en 2020, las entidades estatales deben destinar al menos el 30 % de sus presupuestos sociales a la compra de alimentos frescos provenientes de pequeños productores.
Esto convierte a Comidas Calientes no solo en una intervención nutricional, sino también en una herramienta de inclusión económica para agricultores que, ahora, pueden acceder a nuevos mercados.
Un modelo que alimenta presente y futuro
Las cifras hablan por sí solas. Con una inseguridad alimentaria del 51,7 % y una alta prevalencia de anemia y sobrepeso infantil (alrededor del 40 %), Perú enfrenta una situación que requiere acción inmediata. En un país de renta media alta, donde el financiamiento internacional es limitado, generar evidencia como la de este piloto es clave para influir en políticas públicas sostenibles.
Para WFP, este contexto es un impulso para seguir trabajando por soluciones efectivas, escalables y centradas en las personas.
“Ha mejorado la puntualidad por la motivación de los chicos a comer en la escuela algo saludable. También la atención y la concentración, porque al estar mejor alimentados, tienen mejores capacidades. Y lo más importante: ha disminuido dramáticamente la deserción escolar, pues los mismos chicos comentan en sus casas que vienen a alimentarse sano y a aprender”, explica Diana Ponte, docente de pimaria, I.E. República de Nicaragua.
Además de Lima, la experiencia se extenderá a Ayacucho, Cusco y Piura a través del proyecto Compartiendo la Mesa, financiado por el fondo Changing Lives de WFP.
Desde solo dos escuelas, esta experiencia ha sentado las bases para un cambio profundo en los sistemas alimentarios escolares. Un cambio que mejora la nutrición, fortalece el aprendizaje y siembra oportunidades donde más se necesitan.