Maximus, el perro caminante
Maximus llegó al Ecuador en julio de 2019 junto a su dueña Carol (nombre ficticio), de 25 años, su esposo, y otros 10 adultos y cinco niños. Maximus y este grupo de migrantes venezolanos atravesaron más de 2,600 kilómetros hasta Guayaquil, Ecuador, en trayectos que fueron recorridos a pie y en bus.
Luego de cruzar el puesto fronterizo entre Colombia y Ecuador, Carol, su mascota Maximus y sus acompañantes llegaron a una plaza en Rumichaca, en donde el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) brinda asistencia alimentaria a los migrantes caminantes.
Fue en Rumichaca en donde Carol pudo contarnos sobre su travesía con Maximus, a quien ella y su esposo consideran su "primer hijo canino".
De 15 a 20 kilómetros diarios
Max, como también le llaman, caminó entre 15 y 20 kilómetros a diario, la misma distancia recorrida incluso por los niños que viajaban con él. Debido a la diversidad de climas que debían atravesar, Carol le confeccionó ropa a partir de una de sus blusas para que Max no pasara frío.
Sin embargo, el camino no fue fácil pues, en una parte del recorrido que debe atravesar la cordillera de los Andes, Max sufrió un desmayo debido a las bajas temperaturas. "Todos estábamos muy cansados y unas personas nos regalaron comida caliente y salada. Le pude dar agua y cuando Max despertó todos le dimos la comida que nos habían compartido".
Otro de los obstáculos superados por Max y sus acompañantes fue conseguir un lugar para dormir pues la mayoría de los albergues localizados a lo largo del camino no permitían animales. En esos casos, Carol dormía con Max fuera del albergue.
Solidaridad en el camino
Afortunadamente un albergue en Cali permitió que Max pudiera ingresar. "Les indiqué que él tiene horas para ir al baño. Como era educado, pudimos quedarnos allí tres días", dijo Carol. Tanta simpatía generó en el albergue, que la administradora obsequió a Max una cobija y dinero para comprar comida.
Un compañero de viaje que no podía faltar
Cuando tienen que irse de viaje, muchos dueños optan por dejar sus mascotas con familiares o darlos en adopción. "Traje a Max conmigo porque él se deprimió mucho", comentó Carol. Antes de partir, había dejado al perrito con su madre, pero Max dejó de comer. El veterinario les advirtió que el pequeño estaba deprimido por lo que Carol regresó a buscarlo.
"No me arrepiento de haberlo traído conmigo", dijo Carol. Max llegaba a pesar mucho cuando Carol lo cargaba durante sus interminables caminatas, pero "él me miraba como diciéndome que ya no podía caminar más, así que lo cargaba".
Carol es una de las beneficiarias de cupones canjeables por alimentos que WFP distribuye en los puntos fronterizos de Ecuador a la población vulnerable en movilidad humana. Durante 2019, WFP ha asistido a más de 270.000 personas en Ecuador, mediante distintas modalidades de atención en 13 provincias del país.
Información y fotografías recolectadas por Cindy López, monitora de campo de WFP en Rumichaca, frontera con Colombia.