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“La Amazonía es vida”: Mujeres amazónicas fortalecen los sistemas alimentarios en Bolivia

Mujeres amazónicas en Bolivia lideran proyectos de café, castaña y asaí que fortalecen la seguridad alimentaria y la economía local.
, Divha Gantier

“No te estoy diciendo que será fácil, te estoy diciendo que valdrá la pena”. La frase, grabada en un cartel de madera, da la bienvenida a quienes se adentran en una cafetería poco común, escondida entre la exuberante vegetación del bosque amazónico y liderada con pasión por Jacqueline Álvarez.

A tan solo cuarenta minutos de Cobija, la comunidad de Santa Fe respira entre un bosque tupido y un calor constante que ronda los 35 grados centígrados. Allí, el aroma del café y la textura de la castaña se mezclan con la vida misma de la selva.

Con el esfuerzo de decenas de familias, Santa Fe ha encontrado en la cosecha y recolección de frutos amazónicos una forma de vida. En sus fértiles tierras, los sistemas agroforestales permiten cultivar café y conservar al mismo tiempo la riqueza del bosque. “En nuestra comunidad lo que más destaca es la perseverancia con la que trabajamos las mujeres. Hemos sido consecuentes todo este tiempo”, dice Jacqueline, mientras explica que en su región existe la costumbre de acompañar el café con castaña, un toque que realza su sabor.

Jacqueline Álvarez en Café Don Peki
Jacqueline Álvarez muestra orgullosa los granos del café Don Peki. Foto: WFP / Bolivia

La Asociación Agrointegral Turística y Ruta del Café Don Peki reúne a 23 socios, en su mayoría mujeres que alimentan a sus familias con la diversidad de los frutos del bosque y los cultivos que ellas mismas gestionan. “La Amazonia es vida, es el lugar donde vivimos, es esa conexión. Es todo lo hermoso que tenemos”, afirma Jacqueline, sonriendo con la certeza de quien sabe que cuidar la tierra es también cuidar el futuro.

Los cálidos y vibrantes senderos del bosque conducen hasta la comunidad de Trinchera, donde Lirio aguarda con la serenidad de quien ha aprendido de cada paso. Hace nueve años inició  Pulpas Trinchera, un emprendimiento que creció de forma exponencial: de producir 4 toneladas de pulpa de asaí en 2016 a 46 toneladas en 2024. “Incentivamos a nuestros niños a consumir asaí y otros frutos por la cantidad de vitaminas que contienen y para que valoren lo que nos da la región”, explica con orgullo. 

Lirio Lima, lideresa de pulpa Trinchera. Foto: WFP / Gustavo Vera
Lirio Lima, lideresa de pulpa Trinchera. Foto: WFP / Gustavo Vera

El asaí, fruto pequeño y oscuro que nace en las palmas del bosque tropical, es un tesoro de sabor y nutrición. Su pulpa, de color púrpura intenso, ofrece una experiencia única al paladar: una mezcla sutil entre frutos rojos y chocolate amargo, con un toque terroso que evoca la profundidad de la selva. Considerado un superalimento, el asaí es rico en antioxidantes, vitaminas y ácidos grasos esenciales, lo que lo convierte en una fuente natural de energía y bienestar. No solo alimenta el cuerpo, sino también el vínculo con la tierra que lo produce.

“En la comunidad siempre se ha hablado de conservación. Hay que generar economía, pero hacerlo de manera sostenible, aprovechando lo que el bosque nos brinda. El valor agregado que damos a los frutos silvestres nos permite sostener a nuestras familias”, cuenta Lirio mientras recorre la planta procesadora, equipada con tecnología adecuada y manejada por personal de la comunidad que se capacita constantemente.

La certificación orgánica y el aprovechamiento integral del fruto —incluyendo la pepa y la cáscara— son caminos posibles para ampliar el número de familias beneficiadas por la transformación de productos amazónicos. “La Amazonia es vida; nos alimentamos de lo que nos da. Hay que trabajar de manera sostenible. La naturaleza es sabia, es simple”, reflexiona Lirio.

Con la esperanza de que en los próximos años los frutos amazónicos lleguen a todos los hogares bolivianos y al mercado internacional, mejorando la nutrición de las personas, las mujeres de emprendimientos como Pulpas Trinchera y Café Don Peki son hoy referentes de transformación.

Ambas iniciativas forman parte de los proyectos que impulsa el Programa Mundial de Alimentos (WFP) en Bolivia, para que las poblaciones más vulnerables tengan acceso a servicios financieros, formación técnica y la implementación de soluciones tecnológicas. Programas como Ellas Pueden, Innovay AMAS-1 confluyen de manera estratégica y articulada en la región amazónica con una misión común: fortalecer los sistemas alimentarios, promover la autonomía económica y la resiliencia de las familias productoras.

Conoce más sobre el trabajo de WFP en Bolivia.

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