“Ahora me alimento mejor y le doy el mejor regalo a mi bebé”
Flora García llega puntualmente al banco con su pequeña Angélica para retirar una transferencia de efectivo, pero descubre que la fila de clientes es bastante larga. Así que arrima una silla y decide amamantar a su bebé para aprovechar el tiempo en un lugar designado para mujeres en periodo de lactancia.
Algo similar hace Luz Corea, con su hija Génesis de 3 meses, y otras mujeres mientras esperan su turno para retirar el dinero.
Las secuelas de la sequía
Las sequías recurrentes y otras variaciones en el clima han provocado pérdidas de las cosechas, resultando en la falta de alimentos y de empleos en las comunidades que dependen de la agricultura para su subsistencia en el Corredor Seco de Honduras. De hecho, el 72% de las familias que dependen de la agricultura tienen una parcela de tierra o trabajan en el jornaleo.
Flora, Luz y sus bebés son parte de las más de 16 mil familias afectadas por la sequía que reciben dinero en efectivo para comprar alimentos y garantizar su seguridad alimentaria. Los beneficiarios de estas transferencias son los grupos mas vulnerables de las comunidades: ancianos, discapacitados, mujeres embarazadas y lactantes.
Charlas sobre nutrición, la clave
Además del beneficio de la transferencia de dinero, Flora y Luz son parte del grupo de madres gestantes y en etapa de lactancia que reciben charlas sobre nutrición en el centro de salud sobre la importancia de la lactancia materna.
La nutrición en los primeros 1.000 días de la vida de un niño, desde el momento de la concepción hasta que cumple dos años, es fundamental para su desarrollo físico y mental. Una buena nutrición ayuda al desarrollo del cerebro y del cuerpo, permitiendo aprovechar todo su potencial cuando sea adulto.
En Honduras, la población más pobre no tiene educación en nutrición y consume una dieta deficiente. Eso da como resultado problemas nutricionales superpuestos, como el retardo en el crecimiento (el niño parece más joven de lo que es, tiene baja estatura y bajo desarrollo cognitivo), las deficiencias de vitaminas y minerales o hambre oculta (susceptibilidad a desarrollar diabetes, enfermedades cardiovasculares) y el sobrepeso/obesidad.
"Gracias a estos fondos que nos están dando, ahora me alimento mejor y sigo produciendo leche para mi bebé", dijo muy alegre Flora mientras daba pecho a Angélica y esperaba su turno para retirar su efectivo.
"Alimentar a mi niña con leche materna es el mejor regalo que le puedo dar, Angélica nunca se me ha enfermado, y en el centro de salud la enfermera me felicita porque tiene el peso y talla adecuado para su edad", agregó Flora muy orgullosa.
"No tengo que gastar dinero comprando leche"
Luz Corea es una joven madre de la aldea de El Pinal en el municipio de Yamaranguila, en el departamento de La Paz, y ella da a su pequeña Génesis lactancia materna absoluta.
" Yo me siento muy feliz de poder amamantar a mi hija, no tengo que gastar dinero comprando leche y además nos han enseñado que la leche materna es el mejor alimento", comentó Luz, quien llevaba en sus brazos a Génesis y esperaba su turno en el banco.
Gracias a la información sobre nutrición, estas dos jóvenes madres saben que alimentarse bien en el embarazo y la lactancia materna exclusiva dará a sus hijas la posibilidad de desarrollar todo su potencial y romper el ciclo de pobreza que sigue golpeando a las comunidades del Corredor Seco.