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  • En 74 países de todo el mundo
  • 343 millones de personas padecen hambre aguda

Es enorme la magnitud de la actual crisis mundial de hambre y malnutrición.Un total de 1,9 personas padecen hambre catastrófica, principalmente en Gaza y Sudán, pero también en zonas de Sudán del Sur, Haití y Mali. Están al borde de la hambruna. En el campo de Zamzam, en el norte de Sudán, se ha confirmado la hambruna. Muchas crisis alimentarias implican múltiples problemas superpuestos que se acumulan año tras año. 
 

¿Cuáles son las principales causas de la crisis alimentaria mundial?

Conflicto

Un total de 65 % de los 343 millones de personas que padecen hambre aguda se encuentran en países inestables o afectados por conflictos. La violencia y la inestabilidad en Oriente Medio, África oriental, central y occidental, así como en el Caribe, el sur de Asia y Europa oriental son especialmente preocupantes. Los conflictos interrumpen la producción de alimentos, obligan a la gente a abandonar sus hogares y sus fuentes de ingresos, y a menudo dificultan el acceso de la asistencia humanitaria a las personas más necesitadas.

Clima

La crisis climática es una de las principales causas del fuerte aumento del hambre en el mundo. Las crisis climáticas destruyen vidas, cosechas y medios de subsistencia, y socavan la capacidad de las personas para alimentarse. El hambre se saldrá de control si el mundo no toma medidas inmediatas contra el cambio climático.

Economía

El lento crecimiento mundial y las tensiones económicas, vinculadas a la lenta recuperación de la pandemia y a las secuelas de la guerra de Ucrania, siguen afectando a los países de renta baja y media. Esto limita la inversión en programas de protección social, en un momento en que los precios de los alimentos se mantienen en niveles de crisis.

Desplazamientos

Los desplazamientos forzosos se enfrentan a vulnerabilidades específicas en relación con la inseguridad alimentaria, como el acceso limitado al empleo, los medios de subsistencia, los alimentos y el refugio, y la dependencia de una ayuda humanitaria cada vez más escasa.

¿Cómo podemos poner fin a la crisis alimentaria mundial?

La única manera de poner fin a la crisis alimentaria mundial es mediante un esfuerzo coordinado entre los gobiernos, las instituciones financieras, el sector privado y los socios. En países como Somalia, la comunidad internacional se unió y logró salvar a la población del borde de la hambruna en 2022.

Se necesitan soluciones políticas y diplomáticas para fortalecer los esfuerzos de consolidación de la paz y garantizar un acceso seguro y sin restricciones a través de las fronteras y las líneas de conflicto, a fin de salvar vidas y evitar que la catástrofe del hambre se extienda aún más.

Pero no basta con mantener con vida a la gente. Debemos ir más allá, y esto solo se puede lograr abordando las causas subyacentes del hambre. La labor de WFP para generar resiliencia, adaptarse al cambio climático, promover la buena nutrición y mejorar los sistemas alimentarios sienta las bases de un futuro más próspero para millones de personas.

En tan solo cuatro años, WFP y las comunidades locales transformaron 158.000 hectáreas de campos áridos en la región del Sahel de cinco países africanos en tierras agrícolas y de pastoreo. Nuestro programa de seguro climático –la iniciativa de Resiliencia Rural R4– había beneficiado a casi 550.000 hogares y familias vulnerables en 18 países de África, Asia y América Latina y el Caribe hasta 2023. Al mismo tiempo, WFP está trabajando con los gobiernos de 83 países para impulsar o construir redes nacionales de seguridad y protección social sensibles a la nutrición, lo que nos permite llegar a más personas con asistencia alimentaria de emergencia.

La falta de financiación y acceso puede tener un alto coste

La grave escasez de fondos está obligando al PMA a reducir la ayuda y a centrar sus esfuerzos en las necesidades más acuciantes. Las persistentes limitaciones de acceso también dificultan la ayuda, por lo que algunas de las personas más vulnerables se están quedando atrás.

A menos que se pongan a disposición recursos y se garantice un acceso sin restricciones, el precio que habrá que pagar será la pérdida de vidas humanas y el retroceso de los avances en materia de desarrollo que tanto ha costado conseguir.
 

Ayuda a las familias que pasan un hambre sin precedentes

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