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5 datos sobre desperdicio de alimentos y hambre

El escandaloso coste del mal almacenamiento en las granjas de los países en desarrollo y de las compras descuidadas en los ricos
, Programa Mundial de Alimentos
Cambodian woman smiles as she drives a motorbike loaded with green leafy vegetables
Adquirir los ingredientes de las comidas escolares a agricultores locales como éste de Camboya puede ayudar a reducir el desperdicio de alimentos. Foto: WFP / Samantha Reinders

El hambre en el mundo no se debe a la falta de alimentos. En la actualidad, el mundo produce alimentos suficientes para alimentar a todos los niños, mujeres y hombres del planeta.

Pero casi una quinta parte de todos los alimentos producidos cada año se desperdicia o se pierde antes de que pueda consumirse.

En muchos países ricos, este despilfarro se produce en la cocina, cuando preparamos alimentos que no se consumen o dejamos que se estropeen en frigoríficos y armarios.

Para millones de personas en los países en desarrollo, este desperdicio se produce en el momento de la cosecha. Las deficientes instalaciones de almacenamiento en las granjas provocan plagas y moho que arruinan las cosechas. La falta de acceso a la tecnología y a los mercados obliga a muchos agricultores a ver cómo se pudren sus cosechas en los campos, ya que a menudo no disponen de la mano de obra y la inversión financiera necesarias para cosecharlas.

Junto con la pobreza crónica, los conflictos y las crisis económicas, la pérdida de alimentos es una de las causas fundamentales del hambre en el mundo. La pérdida de alimentos también representa un despilfarro de los propios recursos utilizados para producirlos, como la tierra, el agua y la energía.

He aquí algunos datos básicos (fuente: Informe 2024 del PNUMA sobre el Índice de Desperdicio de Alimentos):

1. Una quinta parte de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o se desperdicia en todo el mundo. Esto equivale a mil millones de comidas al día.

2. El coste total de la pérdida y el desperdicio de alimentos para la economía mundial se estima en aproximadamente 1 billón de dólares.

3. La pérdida y el desperdicio de alimentos generan hasta el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, casi cinco veces más que las emisiones totales del sector de la aviación.

4. El 60% del desperdicio de alimentos se produce en los hogares.

5. El desperdicio de alimentos es mayor en los países más cálidos, tanto en los hogares como en la fase posterior a la cosecha, ya que las altas temperaturas afectan al almacenamiento, la transformación y el transporte de los alimentos. 

A WFP staff member stands next to a woman farmer in a purple shirt in a brown field in Zimbabwe
En Zimbabue, WFP ayuda a pequeños agricultores como Margaret (en la foto) a mejorar sus técnicas de manipulación y almacenamiento postcosecha para reducir las pérdidas de alimentos. Foto: WFP/Cynthia Matonhodze

Reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos para 2030 es una de las principales prioridades de la ONU. De hecho, es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la organización.

Imaginemos lo que podría hacer un agricultor si no se desperdiciaran todos esos alimentos, y ahora imaginemos lo que significaría si esto ocurriera con millones de agricultores que padecen inseguridad alimentaria. La falta de habilidades para manipular y almacenar los cultivos cosechados es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los pequeños agricultores. El Programa Mundial de Alimentos (WFP) ayuda a los agricultores a resolver este problema mediante la formación en métodos mejorados de manipulación postcosecha y la subvención de equipos de almacenamiento impermeables al agua y al aire.

WFP también aborda el problema del desperdicio de alimentos impulsando el acceso a los mercados locales. Esto incluye abastecer sus comidas escolares con cultivos locales y trabajar con las comunidades para construir o rehabilitar carreteras y puentes, así como instalaciones de almacenamiento.

Pero cada uno de nosotros puede contribuir individualmente a reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, no sólo por el bien de los alimentos, sino también por el de los recursos que se destinan a ellos.

Conoce más sobre el trabajo que realiza WFP para apoyar a pequeños agricultores