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Un nuevo informe del WFP muestra que el acceso a los alimentos es extremadamente desigual

Foto: WFP/Gabriela Vivacqua, Nyal, Sudán de Sur
ROMA - Un plato de comida sencillo está mucho más allá del alcance de millones de personas en 2020, ya que la pandemia de la COVID-19 se suma al conflicto, el cambio climático y los problemas económicos para aumentar los niveles de hambre en todo el mundo, según un nuevo estudio publicado hoy por el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP, por sus siglas en inglés).

El informe del WFP sobre El costo de un plato de comida 2020 destaca los pDíses en los que una comida simple como arroz y frijoles cuesta más, en comparación con los ingresos de las personas. Sudán del Sur vuelve a encabezar la lista, con ingredientes básicos que cuestan un asombroso 186% de los ingresos diarios de una persona. Diecisiete de los 20 países principales que figuran en el índice se encuentran en África subsahariana.

"Este nuevo informe expone el impacto destructivo de los conflictos, el cambio climático y las crisis económicas, ahora agravados por la COVID-19, en el aumento del hambre", dijo el Director Ejecutivo del WFP, David Beasley. “Son las personas más vulnerables las que sienten los peores efectos. Sus vidas ya estaban al borde del precipicio - antes de la pandemia de coronavirus estábamos viendo la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial - y ahora su difícil situación es mucho peor ya que la pandemia amenaza nada menos que con una catástrofe humanitaria”.

El informe destaca el conflicto como un factor central del hambre en muchos países, ya que obligó a las personas a abandonar sus hogares, tierras y trabajos, lo que redujo drásticamente los ingresos y la disponibilidad de alimentos asequibles. La estrecha conexión entre la seguridad alimentaria y la paz se puso de relieve la semana pasada cuando el WFP recibió el Premio Nobel de la Paz por su labor en la lucha contra el hambre.

En el país con el plato de comida más caro, Sudán del Sur, la violencia en el Este ya ha desplazado a más de 60.000 personas y está paralizando las cosechas y los medios de vida. Esto se ha combinado con la COVID-19 y el impacto climático para crear la amenaza de hambruna.

Desde el inicio de la pandemia, el ingreso diario gastado en alimentos por alguien que vive en Sudán del Sur ha aumentado 27 puntos hasta el 186%. Si un residente en el estado de Nueva York tuviera que pagar la misma proporción de su salario por una comida básica, la comida costaría 393 dólares.

El informe El Costo de un plato de comida 2020 se publica ya que el WFP estima que la vida y los medios de subsistencia de hasta 270 millones de personas estarán gravemente amenazados en 2020, a menos que se tomen medidas inmediatas para hacer frente a la pandemia.

Burkina Faso aparece por primera vez, con un aumento de los conflictos junto con los cambios del clima, que son los principales impulsores. El número de personas que enfrentan niveles de hambre en crisis se ha triplicado a 3,4 millones de personas, mientras que la hambruna amenaza a 11.000 que viven en las provincias del norte. Burundi también está en el índice, ya que la inestabilidad política, la fuerte disminución de las remesas y las interrupciones del comercio y el empleo lo dejan expuesto a un hambre creciente.

Haití también figura entre los 20 primeros, y los consumidores gastan más de un tercio de sus ingresos diarios en un plato de comida, el equivalente a 74 dólares estadounidenses para alguien en el estado de Nueva York. Las importaciones representan más de la mitad de los alimentos y el 83% del arroz consumido en Haití, lo que lo hace vulnerable a la inflación y la volatilidad de los precios en los mercados internacionales, especialmente durante crisis como la actual pandemia mundial.

“Las personas en las zonas urbanas ahora también son muy susceptibles, y la COVID-19 ha provocado un enorme aumento del desempleo, lo que deja a las personas sin poder para utilizar los mercados de los que dependen para obtener alimentos. Para millones de personas, perder el salario de un día significa perder un día de comida, para ellos y sus hijos. Esto también puede provocar un aumento de las tensiones sociales y la inestabilidad”, dijo Beasley.

El apoyo del WFP incluye proporcionar alimentos y asistencia en efectivo y ayudar a los gobiernos a ampliar sus propias redes de seguridad. En Sudán del Sur, además de la asistencia regular a 5 millones de personas, el WFP ayudará a 1,6 millones más, principalmente en entornos urbanos.

 

A largo plazo, los sistemas alimentarios eficaces son esenciales para el acceso a alimentos nutritivos y asequibles. La adquisición de alimentos por parte del WFP significa que tiene un papel fundamental que desempeñar en la mejora de los sistemas que producen alimentos y los llevan a la mesa de las personas.

Esta es la tercera edición del informe del WFP sobre el costo de un plato de comida (anteriormente llamado Contar los frijoles) con 36 países presentados este año. El informe toma un ingreso promedio per cápita estimado en cada país y calcula qué porcentaje deben gastar las personas en una comida básica, algunos frijoles o lentejas, por ejemplo, y un carbohidrato que coincida con las preferencias locales. El precio que podría pagar alguien en el estado de Nueva York se calculó aplicando la relación comida-ingresos de una persona en un país en desarrollo a un consumidor en el estado de los Estados Unidos.

Fotos disponibles aquí

El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas es el Premio Nobel de la Paz 2020. Somos la organización humanitaria más grande del mundo, que salva vidas en emergencias y da asistencia alimentaria para construir un camino hacia la paz, la estabilidad y la prosperidad de poblaciones que se están recuperando de conflictos, desastres y el impacto del cambio climático.

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