Las múltiples crisis y la creciente violencia de pandillas empeoran la inseguridad alimentaria en Haití
La inseguridad en Puerto Príncipe y sus alrededores ha ido empeorando drásticamente desde principios de mayo, interrumpiendo las cadenas de suministro en todo el país, el acceso a servicios básicos como mercados, escuelas y hospitales y a los medios de subsistencia de los haitianos. La violencia está provocando una grave crisis de protección y dificultando que las personas tengan acceso a alimentos y puedan costeárselos.
Esto ocurre en el marco de la crisis alimentaria mundial, donde la suba de costos relacionados con el conflicto en Ucrania está agravando los problemas existentes. Haití ya tiene una elevada inflación del 26%. El país isleño es particularmente vulnerable a las crisis en los mercados mundiales de alimentos y combustibles, ya que importa el 70% de sus cereales. Además de estos desafíos, se espera que la actual temporada de huracanes en el Atlántico sea más activa de lo normal, poniendo en riesgo las vidas y los medios de subsistencia de los haitianos vulnerables.
“Gran parte de la población ha quedado aislada del motor económico del país. Esto llega en un momento en que Haití ya está lidiando con los efectos de la COVID-19, recientes desastres naturales, la alta inflación y el aumento de los costos como efecto dominó del conflicto en Ucrania”, dijo Jean-Martin Bauer, Director de País del WFP en Haití. “Estamos viendo un aumento significativo del hambre en la capital y el sur del país, siendo Puerto Príncipe el más afectado”.
La alta volatilidad de la situación de seguridad está poniendo en riesgo operaciones humanitarias vitales de las que dependen muchos haitianos vulnerables. El bloqueo total de la carretera que conduce a la península meridional, desde hace un año, ha aislado de Puerto Príncipe a 3.8 millones de personas que viven en los departamentos del sur. La salida al norte de la capital también se ha visto afectada recientemente.
El WFP está utilizando rutas marítimas como alternativa para enviar ayuda tanto al sur como al norte del país. El Servicio Aéreo Humanitario de las Naciones Unidas (UNHAS, por sus siglas en inglés) dirigido por el WFP continúa transportando trabajadores de primera línea y carga liviana. Durante el año pasado, UNHAS ha visto un aumento dramático en la demanda debido a la respuesta al terremoto en agosto del año pasado y la situación de seguridad cada vez más volátil.
“La única opción segura para que los trabajadores humanitarios se desplacen es por aire y, sin la financiación adecuada, UNHAS se enfrenta a un cierre inminente a finales de julio de 2022. En última instancia, esto pone en riesgo no solo la asistencia del WFP, sino también las operaciones humanitarias en todo el país”, dijo Bauer.
A pesar de las limitaciones, WFP en Haití ha estado apoyando al gobierno con asistencia humanitaria y de desarrollo para abordar las causas fundamentales de la inseguridad alimentaria y tiene previsto asistir a 1.7 millones de personas en 2022. WFP está reforzando la resiliencia de los haitianos y fortaleciendo la protección social y los sistemas alimentarios.
Durante los próximos seis meses, el WFP se enfrenta a un déficit de financiación de US$ 39 millones de dólares para su respuesta en Haití.
Las operaciones del WFP en Haití han recibido financiación en 2022 de: Canadá, la Comisión Europea, Francia, Alemania, Suiza y los Estados Unidos.
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El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas es la organización humanitaria más grande del mundo, que salva vidas en emergencias y da asistencia alimentaria para construir un camino hacia la paz, la estabilidad y la prosperidad de poblaciones que se están recuperando de conflictos y desastres y del impacto del cambio climático.
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