Venezuela: “Ahora que mi hijo recibe comidas escolares, puedo pensar en volver a la universidad”
María Alejandra y su hijo Daniel de 6 años comparten casa con tres generaciones de familiares. Entre todos trabajan y aportan para que los menores puedan tener una buena alimentación.
Daniel es alumno de la escuela de educación inicial Curbatí, donde más de 120 estudiantes de esa zona rural del estado Barinas reciben asistencia alimentaria del Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés).
Ahora que Daniel recibe la canasta de alimentos, María Alejandra está pensando en regresar a la universidad para aumentar sus posibilidades de progreso.
“Ha sido muy difícil luchar sola con mi hijo, pero estoy saliendo adelante y tengo la meta este año de comprar un terreno para poder hacer mi casa”, comenta María Alejandra.
Recuerda que durante la pandemia vivieron momentos muy críticos porque no tenían suficiente y salieron a trabajar al campo para conseguir los alimentos para toda la familia.
Ella es ingeniera en Producción Agroalimentaria, pero se desempeña como secretaria del Registro Civil de la Parroquia, cargo que alterna con el oficio de doméstica en casas de familia.
El programa de comidas escolares de WFP en Venezuela tiene presencia en ocho estados, donde está asistiendo a más de 124.000 personas entre estudiantes, personas con discapacidad y personal de las escuelas. WFP planea continuar ampliando su cobertura a otras regiones del país.