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Nueva bodega para la alimentación escolar de más de 60.000 niños y niñas

Ubicada estratégicamente en la ciudad de Riohacha, departamento La Guajira, norte de Colombia, permitirá un mejor control de calidad de más de 100 toneladas de alimentos.
, Juan Sebastián Trillos
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Son más de 30 productos — entre perecederos y no perecederos — los que ahora se almacenan en este centro de acopio o bodega, y en el que trabajan alrededor de 60 personas. Foto: WFP/Juan Trillos

Sucede que Yeimer no sabía de dónde venían los productos con los que se prepararon el puré de papa, la hamburguesa de lentejas y la colada de arroz que se comió con tanto regocijo el viernes 2 de marzo a las diez de la mañana en el colegio "Ana Joaquina Rodríguez", corregimiento Cañaverales, municipio San Juan del Cesar, departamento La Guajira, norte de Colombia. No se lo había preguntado. No lo había discutido con Brayan, con Ánderson, con Dairis, con ninguno de sus compañeros. Por su mente no se le había ocurrido preguntarle a la profe de Matemáticas. O a la de Sociales. Ni siquiera sabía cómo los transportaban a su colegio. Ni dónde los almacenaban. Nada.

Yeimer tiene 14 años y está en noveno. Sus ojos son pequeños, como dos granos de café, y su piel es morena fiel a la Guajira que a diario soporta inconmensurables ráfagas de sol. Mide 1.67 metros. Juega de delantero como Teófilo Gutiérrez en un pedacito de arena que funge como cancha de fútbol, justo al lado donde se parquea el camión con los alimentos que llegan todos los miércoles a su colegio.

"Estaba delicioso, seño", dijo Yeimer cuando se acercó a una de las ventanas del comedor escolar y entregó su plato sin ninguna migaja. Justo esa semana los productos para la Alimentación Escolar del colegio "Ana Joaquina Rodríguez" y otras 258 Instituciones — donde el Programa Mundial de Alimentos trabaja junto al Ministerio de Educación de Colombia desde julio de 2017 — llegaban desde Riohacha, capital de La Guajira. Y a tiempo y en buena calidad, a pesar de los 128 kilómetros que separan al colegio de Yeimer de la nueva bodega de WFP, que él ni siquiera sabía que existía.

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Yeimer y algunos de sus compañeros de grado noveno hacen fila para recibir el complemento alimentario que les entrega WFP en el marco del Programa de Alimentación Escolar. Todos los días WFP prepara y entrega un complemento a 336 niños y niñas en su colegio, zona rural del sur de La Guajira. Foto: WFP/Juan Trillos

Vamos por partes. Los niños y niñas que hacen parte del Programa de Alimentación Escolar a cargo de WFP en La Guajira reciben de lunes a viernes su complemento — una ración de comida bien sea en las mañanas o en las tardes — o su almuerzo. Antes de que se lo coman están las ‘seños', las chefs del colegio, las manipuladoras de alimentos, preparándolo con afecto y tesón. Y antes de que las ‘seños' preparen la alimentación escolar están los transportadores, generalmente señores entregando las bolsas de arroz, las botellas de aceite, los plátanos, la carne, el pollo, las lentejas, los fríjoles, la cebolla, el tomate, el peto, el queso, entre muchos otros productos, a colegios y escuelas como la de Yeimer.

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El camión con los alimentos llega todos los miércoles a las 10:00am a la Institución Educativa Rural Ana Joaquina Rodríguez, donde estudia Yeimer. Foto: Archivo WFP

Entonces, si seguimos retrocediendo llegamos a la bodega. Es decir, antes de llevar los productos para la preparación del complemento que se comió Yeimer, el transportador los cargó en un centro de acopio ubicado en Riohacha. Y es ahí donde debemos detenernos.

En el 2017 los 33 productos para la alimentación escolar en La Guajira a cargo de WFP no tenían una bodega fija. Existían dos bodegas, sí, una en Valledupar, capital del departamento del Cesar y otra en la segunda ciudad más grande de La Guajira, a 15 minutos de la frontera con Venezuela: Maicao. Pero alimentos como las guayabas, mandarinas, lentejas, arroz, carne y otros 28 más comprados por WFP a siete socios estratégicos solo transitaban por estas bodegas antes de ser entregados en las escuelas o colegios, rurales o urbanos, de la Alta, Media o Baja Guajira. No se reunían en un centro de almacenamiento. La cadena de suministro podría fracturarse. Y eso fue lo que ocurrió en casos específicos.

Resulta que varios alimentos perecederos — mandarinas, mangos, plátanos, papas, entre otros — llegaban en mal estado al colegio de Yeimer.

"Esto ocurría porque no teníamos personal de WFP que hiciera un control de calidad adecuado de los productos que transitaban por la entonces bodega de Valledupar", dice José Luis Baquero, coordinador de logística de WFP en La Guajira.

Con la apertura de la bodega en Riohacha el pasado primero de marzo, el Programa Mundial de Alimentos ya tiene mayor control de los envíos para la alimentación escolar de los niños y niñas de La Guajira. Esto no quiere decir que antes no lo tuviera. Pero en este caso ya se podrá verificar y anticipar ante cualquier eventualidad que se presente en la entrega de productos para que no vuelvan a ocurrir pequeños inconvenientes como en el colegio de Yeimer.

"Yo aquí podré dar fe que el plátano, el tomate y varios alimentos están en condiciones óptimas antes de ser transportados a las Instituciones Educativas", dice Antonio Flórez, auxiliar de logística de WFP en La Guajira. "De aquí no saldrá un alimento de baja calidad para los niños".

Pero la nueva bodega no solo permitirá un mejor control de calidad de los alimentos. También reducirá costos operativos para socios estratégicos de WFP como Mi País, y permitirá que los alimentos que ellos suministran lleguen sin contratiempos.

"Había alimentos que salían de nuestra anterior bodega en Maicao hacia la Baja Guajira y se retrasaba la entrega muchas veces por el estado de la vía", dice Pedro Moreno, socio de Mi País. "Ya sabremos qué hacer para un eventual plan de contingencia".