Crónica de una inundación anunciada: las acciones anticipatorias protegen a personas en riesgo en Ecuador
Vive en una casa humilde que se sostiene sobre pilares de bambú, con ocho miembros de su familia, incluida su hija Geraldine de 23 años, quien tiene una discapacidad auditiva que le impide percatarse de la intensidad de las lluvias, que suelen durar toda la noche.

Dalinda y su familia forman parte de las más de doscientas familias que han podido prepararse antes de que la zona que habitan se inundase. Recibieron alertas meteorológicas, así como dinero en efectivo para proteger aquello por lo que tanto han trabajado, justo antes de la llegada del agua. Pudieron almacenar alimentos, agua y medicamentos para superar los peores momentos de la inundación, a pesar de estar aislados de las localidades cercanas y sin acceso a servicios y bienes esenciales.
"Esta asistencia fue crucial para nuestra familia", comenta Dalinda mientras organiza los granos secos, arroz, agua, café, aceite y medicinas que compró con el dinero recibido. Esta asistencia ha disminuido el impacto de las inundaciones en las personas más vulnerables.
Para obtener los suministros diarios, Dalinda y su esposo deben desplazarse en canoa debido al alto nivel de agua. “El apoyo de la comunidad es fundamental en estos momentos; no tenemos nuestra propia canoa, pero hay cinco vecinos que han puesto a disposición las suyas para transportar a todas las familias de la comunidad”, señala Dalinda.

En los últimos años, las lluvias intensas han afectado significativamente sus vidas. Las paredes y el piso de su casa se han humedecido y corren el riesgo de colapsar. Para los próximos años, Dalinda espera estar mejor preparada, empezando por reparar su casa y comprar alimentos antes de la temporada de lluvias. "La época invernal es muy difícil para nosotros; perdemos nuestra fuente de ingresos, nuestra casa se deteriora año tras año, y debemos adaptarnos a vivir con el agua hasta la cintura", menciona Pedro Arteaga, esposo de Dalinda y agricultor de la zona.
Debido a las lluvias intensas, fue necesario acelerar el cultivo de arroz, lo que provocó la pérdida de cosechas en varias parcelas. Además, se reportaron pérdidas de ganado.

Dalinda y su esposo Pedro son miembros activos de la comunidad de Quevedo y han participado en todas las capacitaciones brindadas por WFP y el gobierno municipal de Samborondón. Recibieron formación en primeros auxilios, evacuación en incendios, aluviones e inundaciones con especial atención a la evacuación de personas con discapacidad y adultos mayores.
“Nuestra comunidad se organizó para distribuir ayuda y alimentos. A pesar de las dificultades, hemos demostrado resiliencia y solidaridad, apoyándonos unos a otros y compartiendo recursos y conocimientos para superar los desafíos que enfrentamos en esta época”, comenta Pedro.
Freddy Camacho, director de riesgos del Municipio de Samborondón, destaca la importancia de trabajar en preparación comunitaria: “La temporada de lluvias, año tras año, genera impactos más severos”. Esta es la primera vez que el gobierno local trabaja en acciones anticipatorias.
La unión hace la fuerza
En febrero de 2025, el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) activó su mecanismo de acción anticipatoria en las comunidades de Quevedo y Los Espinos para asistir a personas antes de que las inundaciones
El 11 de febrero de 2025, el INAMHI emitió una alerta de alto nivel por lluvias intensas, tormentas y fuertes vientos. Al registrarse más de 50 mm de lluvia por día durante 3-5 días y estar activa la alerta roja, WFP procedió con la distribución de asistencia en previsión de una inundación, lo que se conoce como acciones anticipatorias.
En un plazo de 48 horas se llegó a 208 hogares vulnerables (127 en Quevedo y 81 en Los Espinos), con transferencias monetarias de US$ 185 para la compra de bienes esenciales.
Además, se difundieron mensajes de alerta temprana a través de SMS y WhatsApp con advertencias de inundaciones y recomendaciones de nutrición, seguridad, en coordinación con el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI) y el Municipio.

En 2024, WFP trabajó, además, en el fortalecimiento de capacidades comunitarias para actuar antes de que ocurran los impactos, en colaboración con el INAMHI, la Escuela Politécnica del Litoral (ESPOL) y el gobierno municipal de Samborondón. Se establecieron umbrales y desencadenantes utilizando análisis de probabilidad basados en datos meteorológicos de Guayaquil y patrones históricos de inundaciones. Aunque el área es una llanura aluvial, los cambios en los patrones de inundación en los últimos años han incrementado el riesgo para estas comunidades.
El programa de acciones anticipatorias en Ecuador está financiado por Alemania e Irlanda.