Burkina Faso, en el epicentro de la dramática crisis humanitaria que golpea el Sahel central
“Burkina Faso está atravesando una dramática crisis humana que ya ha alterado la vida de millones de personas. Cerca de medio millón de habitantes se han visto obligados a abandonar sus hogares y un tercio del país ahora es zona de conflicto”, dijo el Director Ejecutivo de WFP, David Beasley. “Nuestros equipos sobre el terreno están viendo los niveles de malnutrición superar con creces el umbral de emergencia. Esto significa que las niñas y niños pequeños y las madres de recién nacidos están al límite. Si queremos salvar estas vidas, tenemos que actuar”.
La violencia en Burkina Faso se ha disparado: durante la primera mitad de 2019 se registraron más ataques que en todo 2018 y el número de muertes entre la población civil fue cuatro veces mayor. Los crecientes niveles de inseguridad han provocado el cierre de escuelas y el éxodo de la población rural hacia la ciudad en busca de refugio, en un país en el que 4 de cada 5 personas viven de la agricultura.
El impacto en los 20 millones de personas de toda la región que ahora viven en zonas de conflicto es dramático. Sólo en Burkina Faso son 486.000 personas las que se han visto obligadas a huir de sus hogares; la cifra total de desplazados internos en los tres países del Sahel asciende a 860.000. Entretanto, 2,4 millones de personas necesitan asistencia alimentaria en el Sahel central, cifra que podría aumentar debido a los continuos desplazamientos.
Los organismos humanitarios como WFP se enfrentan a una crisis que se agrava, en un momento en que los fondos para apoyar las actividades de socorro se están agotando. Para atender las necesidades crecientes se precisa una inyección sustancial de nuevos recursos.
Además de los efectos de la inseguridad, el Sahel está sufriendo en primera línea el impacto del cambio climático. Muchas comunidades ya están teniendo que adaptarse a un clima impredecible.
WFP se enfrenta al inmenso desafío que implica responder a las necesidades humanitarias inmediatas, protegiendo al mismo tiempo las inversiones en resiliencia y autosuficiencia de las comunidades para garantizar que no se echen a perder los logros alcanzados en los últimos años.
WFP ha intensificado su respuesta, proporcionando asistencia alimentaria y nutricional a más de 2,6 millones de personas en lo que va de año en los tres países del Sahel central, concentrando sus esfuerzos en las zonas donde las necesidades humanitarias son más acuciantes y donde se han producido desplazamientos de población a gran escala.
WFP necesita urgentemente 150 millones de dólares para prestar asistencia en los países del Sahel central: Malí, Níger y Burkina Faso. En el marco de la respuesta actual se incluyen tanto actividades de emergencia como programas de fomento de la capacidad de recuperación.
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El Director de Emergencias y los Directores de WFP en Burkina Faso y Malí estarán disponibles para entrevistas.