Nicaragua es un país de bajos ingresos con déficit de alimentos y uno de los más pobres de América Latina. La agricultura es la principal actividad económica, que aporta el 8,1 % del PIB del país.
Sudán del Sur se está ahogando y secando al mismo tiempo mientras que la crisis climática se acentúa. Una crisis de inundaciones sin precedentes ha sumergido gran parte del país, mientras que otras localidades están lidiando con una sequía devastadora.
Cualquier pérdida de vidas en el servicio humanitario es inaceptable y exijo medidas inmediatas para garantizar la seguridad de los que quedan.
Los trabajadores humanitarios son neutrales y nunca deben ser un objetivo.
Los fondos españoles permitirán al WFP distribuir cada mes raciones de alimentos para los refugiados saharauis, que incluyen cereales, legumbres, aceite vegetal y azúcar.
El sur de África se enfrenta a una sequía sin precedentes provocada por El Niño, un fenómeno climático recurrente conocido por su capacidad para exacerbar patrones meteorológicos secos o tormentosos.
La inseguridad en Puerto Príncipe y sus alrededores ha ido empeorando drásticamente desde principios de mayo, interrumpiendo las cadenas de suministro en todo el país, el acceso a servicios básicos como mercados, escuelas y hospitales y a los medios de subsistencia de los haitianos.
Extendiendo el apoyo de las comidas escolares más allá de Falcón a los estados Barinas, Trujillo y Yaracuy, el WFP aumentará gradualmente las raciones mensuales de alimentos que distribuye en 1.000 escuelas de educación preescolar y educación especial.
El Programa Mundial de Alimentos se compromete con el resguardo de la privacidad de los individuos que visiten e interactúen en www.wfp.org (los "usuario(s)"), y cumple con la política de privacidad descrita a continuación.
La pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), la interrupción de las cadenas internacionales de suministro y la guerra de Ucrania han perturbado gravemente los mercados de alimentos, combustible y fertilizantes, que están conectados entre sí.
Años seguidos de sequías, huracanes, inundaciones y altas temperaturas han afectado los medios de vida (en especial la agricultura, la pesca y el turismo) y la seguridad alimentaria de las poblaciones más vulnerables de Centroamérica y el Caribe, que luchan por recuperarse de las consecuencias económicas de la COVID-19 y el impacto de la guerra en Ucrania en los precios mundiales de los alimentos.