La Junta Ejecutiva de WFP conoce de primera mano el trabajo que salva vidas en Guatemala y Honduras
En estos países, WFP integra inversiones en infraestructura, seguros e inclusión financiera para los agricultores, especialmente las mujeres, conectando sus productos a mercados de alimentos con valor agregado, anticipando eventos climáticos extremos e informándolos en tiempo real sobre los cambios en los patrones estacionales. Esto ayuda a proteger a las personas vulnerables contra los impactos climáticos, como sequías e intensas lluvias que afectan los cultivos de maíz y frijoles, los granos básicos de la región.
"Cuando invertimos en programas combinados de alimentación y clima, el panorama cambia para los pequeños agricultores. Pueden cultivar más y diversificar la producción para sus familias, comunidades y naciones", agregó Lola Castro, directora regional de WFP para América Latina y el Caribe.
El Corredor Seco, que se extiende por El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, ha sido fuertemente afectado por prolongadas sequías en los últimos 10 años, con el fenómeno climático de El Niño en curso agravando las condiciones climáticas y limitando la capacidad de los agricultores para recuperarse y restablecer sus medios de vida en medio de una mayor incertidumbre climática.
En este punto crítico de la crisis climática, WFP fortalece la resiliencia comunitaria mediante la recuperación de tierras, la construcción de activos comunitarios, la promoción de la educación, la mejora de la nutrición y la salud, el aumento de los ingresos y la creación de empleo para mujeres y jóvenes.
En Guatemala, la delegación visitó lugares donde WFP combina seguros contra riesgos de desastres, acciones anticipatorias y servicios climáticos de última milla. La Sra. Castro señaló que "la interconexión de estas actividades, especialmente dentro de un programa integrado de resiliencia, sirve como un ejemplo transformador para la adaptación al cambio climático, reduciendo eficazmente las necesidades humanitarias y abordando los crecientes impactos del cambio climático en la seguridad alimentaria y la nutrición". Tanto el Gobierno como las Naciones Unidas colaboran en el terreno para disminuir la dependencia recurrente de la ayuda, con el objetivo de establecer un enfoque más financieramente sostenible que fomente una mayor autosuficiencia y resiliencia entre las comunidades e instituciones beneficiarias.
En Honduras, WFP y su delegación de la Junta Ejecutiva visitaron la granja acuícola Genipez, ubicada en una comunidad afectada por frecuentes impactos climáticos, que garantiza la seguridad alimentaria de las familias, genera ingresos adicionales, oportunidades laborales y previene la migración. El producto de la pesca se comercializa en la comunidad y en localidades cercanas, además de fortalecer el Programa de Alimentación Escolar del Gobierno de Honduras, que llega a 1,3 millones de escolares en todo el país, con apoyo de WFP.
A través de sus encuentros con el ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Sr. Mario Búcaro, y el secretario de Estado del Gabinete de Honduras, S.E. Rodolfo Pastor de María y Campos, WFP destacó su compromiso de apoyar la planificación, presupuestación y toma de decisiones para la acción Hambre Cero.
Encabezada por el presidente de la Junta Ejecutiva de WFP, S.E. Sr. Artur Andrzej Pollok, la delegación estuvo compuesta por representantes de India, Irlanda, Panamá, Polonia y Senegal.
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El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas es la organización humanitaria más grande del mundo, que salva vidas en emergencias y da asistencia alimentaria para construir un camino hacia la paz, la estabilidad y la prosperidad de poblaciones que se están recuperando de conflictos y desastres y del impacto del cambio climático.
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