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El Programa Mundial de Alimentos y la Unión Europea fortalecen resiliencia climática de más de 8,800 familias en Centroamérica y Bolivia

Vista aérea de un campo cultivado por la comunidad de mujeres de más de 50 años en Chiquimula, Guatemala. Foto: WFP/Giulio d'Adamo
CIUDAD DE PANAMÁ – En respuesta a los crecientes desafíos climáticos en América Central y Bolivia, el Programa Mundial de Alimentos (WFP por sus siglas en inglés) ha implementado una serie de acciones anticipatorias y mecanismos de protección social que asistieron directamente a más de 8,800 familias vulnerables, fortaleciendo su capacidad de preparación ante sequías, inundaciones y otros fenómenos extremos.

Las acciones anticipatorias son medidas que se toman antes de que ocurra un desastre, como una sequía o una inundación, para ayudar a las personas a prepararse y protegerse. Gracias a sistemas de alerta temprana, desde 2015, WFP ha brindado apoyo a las comunidades días o semanas antes de que llegue la emergencia, ayudando a reducir los daños y a que las familias estén mejor preparadas.



En Honduras, con el apoyo de ECHO, WFP implementó acciones anticipatorias, entregando transferencias monetarias a más de 2,700 hogares afectados por sequía y vulnerabilidad en 2023. En 2024, antes del impacto de la tormenta Sara, WFP y sus socios entregaron asistencia a 5,000 hombres y mujeres en Cortés y Choluteca.

En coordinación con las instituciones COPECO y SEDESOL, se desarrollaron protocolos de protección social sensible a choques, beneficiando a 405,000 personas de la Red Solidaria. Además, WFP lideró procesos de fortalecimiento institucional y comunitario, organizando 30 talleres y simulacros para mejorar la preparación ante sequías e inundaciones, en colaboración con GTA-AA y contrapartes nacionales.

En 2023, WFP implementó acciones anticipatorias en Guatemala, entregando transferencias monetarias 1,165 hogares del corredor seco por USD $173,250 a. Además, se brindó apoyo con mensajes de alerta temprana, insumos agrícolas resistentes a la sequía y capacitación comunitaria para mitigar los efectos de la sequía prevista.

La implementación de acciones anticipatorias y preparación ante emergencias generó aprendizajes clave entre 2,050 participantes directos, incluyendo comunidades y personal gubernamental. Estas acciones, basadas en modelos climáticos, permitieron anticipar déficits hídricos y responder hasta tres meses antes. Como parte del fortalecimiento institucional, se elaboraron 7 planes de contingencia municipales y se robustecieron las capacidades de 24 instituciones nacionales.  

En Bolivia, WFP, en coordinación con instituciones nacionales y subnacionales, fortaleció las capacidades de más de 900 mujeres y hombres en protección social, alerta temprana y gestión de riesgos, priorizando la seguridad alimentaria en comunidades vulnerables. Se realizaron 4 evaluaciones regionales y un consolidado nacional de seguridad alimentaria, que evidenciaron impactos por sequías e inundaciones. En respuesta, se asistió a 9,230 familias en Oruro con una inversión de USD 971,919.

WFP articuló sus acciones con políticas nacionales, consolidando el seguro agrario como mecanismo de protección social y generando planes de recuperación y contingencia. Además, se fortalecieron sistemas de información y se desarrolló el Atlas del Sistema de Monitoreo Hidrometeorológico para apoyar la toma de decisiones con información climática.

En El Salvador, WFP fortaleció la capacidad nacional para la gestión y respuesta ante emergencias mediante la capacitación de más de 2,170 mujeres y hombres en el uso y manejo de salas de crisis, la elaboración de planes de contingencia frente a sequías, y la operación de drones para el monitoreo de riesgos y la evaluación de daños en las comunidades más vulnerables. Como parte de este esfuerzo, se establecieron 6 salas de crisis a nivel nacional, equipadas con tecnología de punta para el monitoreo en tiempo real de amenazas, lo que permite una toma de decisiones más informada y oportuna, contribuyendo a salvar vidas en situaciones de riesgo.

Asimismo, WFP apoyó la actualización del Plan Nacional de Sequía, una herramienta estratégica que refuerza la capacidad del país para ofrecer una respuesta efectiva, integrada y coordinada, orientada a reducir los riesgos e impactos derivados de eventos de sequía.

“Estas acciones demuestran que es posible anticiparse a las crisis climáticas y apoyar para que las comunidades más vulnerables pueden protegerse antes de que el desastre ocurra”, afirmó Lola Castro, directora regional de WFP para América Latina y el Caribe.

Estas intervenciones forman parte de una estrategia regional de WFP para integrar la acción anticipatoria y la protección social sensible a choques en los sistemas nacionales, en coordinación con gobiernos, agencias de Naciones Unidas y organizaciones locales. El apoyo de la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria Europeas (ECHO) ha sido clave para posicionar estas iniciativas como herramientas efectivas para reducir el impacto humano y económico de los desastres climáticos.

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El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas es la organización humanitaria más grande del mundo, que salva vidas en emergencias y da asistencia alimentaria para construir un camino hacia la paz, la estabilidad y la prosperidad de poblaciones que se están recuperando de conflictos y desastres y del impacto del cambio climático.

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Bolivia (Estado Plurinacional de) Guatemala Honduras El Salvador Resiliencia Clima Seguridad alimentaria

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Divha Gantier, WFP / Bolivia, Mov. +591 7405 8348

Tayra Pinzón, WFP / Panamá, Mov. +507 6346 3497