Colombia y Ecuador se unen para hacer frente al cambio climático en la zona fronteriza
Esta experiencia binacional, financiada por el Fondo de Adaptación, es la primera en su clase a nivel regional y beneficiará a 19.000 personas de 120 comunidades en la zona fronteriza colombo-ecuatoriana que pertenecen a las provincias de Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos en Ecuador, y a los departamentos de Nariño y Putumayo en Colombia.
Con este proyecto, que durará cinco años y costará 14 millones de dólares, se espera aportar a la conservación y recuperación de 3.000 hectáreas de bosque y 2.000 hectáreas de manglares amenazados por el cambio climático.
El proyecto denominado “Construyendo capacidades adaptativas al Cambio Climático a través de la seguridad alimentaria y acciones nutricionales en comunidades afro e indígenas en la zona rronteriza Colombia-Ecuador”, tiene por objetivo construir capacidades de adaptación al cambio climático tanto de las comunidades como de las instituciones y gobiernos locales, mediante la implementación de medidas innovadoras que buscan fortalecer la seguridad alimentaria y nutricional, la construcción de paz y la resiliencia con un enfoque de género, de las comunidades afro y Awá.
Kyung-nan Park, Representante del Programa Mundial de Alimentos en Ecuador, resaltó el trabajo conjunto y coordinado entre los dos gobiernos hermanos de Colombia y Ecuador, junto a gobiernos locales y a las comunidades participantes para “apoyar a las comunidades a fin de que estén mejor preparadas para reducir las pérdidas y los daños causados por desastres naturales relacionados con el clima”.
A su vez, Deborah Hines, Representante del Programa Mundial de Alimentos en Colombia, hizo énfasis en el extensivo proceso de participación del que hicieron parte las comunidades Awá y afrodescendientes en ambos lados de la frontera colombo-ecuatoriana. Este proyecto es “importante para las comunidades que viven en las dos cuencas de influencia del proyecto debido a la alta inseguridad alimentaria, la prevalencia de malnutrición, los impactos del conflicto y el cambio y la variabilidad climática en la zona”.
Mariana Rojas Laserna, directora de Cambio Climático y Gestión del Riesgo del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, resaltó que este proyecto binacional representa una oportunidad para la implementación de la Política Nacional de Cambio Climático en el territorio. “A través de este proyecto se facilita la articulación de los lineamientos técnicos de la escala nacional con los intereses y necesidades específicas que tienen las comunidades en el territorio en materia de adaptación al cambio climático y en el contexto de la seguridad alimentaria y nutricional”.
María Victoria Chiriboga, Subsecretaria de Cambio Climático del Ministerio del Ambiente de Ecuador, señaló que el objetivo del taller es presentar lo que el Fondo de Adaptación finalmente aprobó, dentro del proyecto que está vinculado a aumentar la capacidad de adaptación de las comunidades y también la resiliencia e implementar específicamente medidas que les aporten a la seguridad alimentaria y la nutrición familiar con un enfoque de género. En un principio se realizó un análisis de riesgos climáticos relacionado a la seguridad alimentaria; muchas veces se ha encontrado que los suelos tienen altos niveles de degradación y una falta de recurso hídrico, en ese sentido se generará un plan de adaptación con las comunidades donde se determinará las acciones puntuales que se tiene que implementar. Un ejemplo puede ser que haga falta sistemas de riegos, reservorios, o mejorar las prácticas agrícolas para tener una mejor alimentación. La intervención de este proyecto será en las Cuencas Mira-Mataje y Carchi-Guaitara.
El inicio oficial del proyecto se da durante una reunión interinstitucional que, durante dos días, congregó a socios estratégicos de ambos países que incluyen a gobiernos locales, instituciones nacionales, líderes comunitarios, organismos no gubernamentales y asociaciones Afro y Awá. Mediante un trabajo conjunto, todos ellos procuran, a través del rescate de conocimientos y prácticas tradicionales, fortalecer a las comunidades, instituciones y autoridades locales y generar medidas de adaptación que promueven medios de vida sostenibles y saludables.
A través de este proyecto binacional, el Programa Mundial de Alimentos y los gobiernos nacionales de Colombia y Ecuador ratifican su compromiso en trabajar con grupos indígenas y afrodescendientes para erradicar el hambre y salvaguardar el bienestar de las personas que son vulnerables a los efectos adversos del cambio climático y viven en inseguridad alimentaria.
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