Casi la mitad de los escolares reciben comidas gratuitas, pero no la mayoría de los vulnerables afectados por la crisis alimentaria, según informe

Casi 420 millones de niñas y niños en todo el mundo reciben comidas escolares en la actualidad, según el informe El estado de la alimentación escolar en el mundo (LINK), publicado hoy por el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP, por sus siglas en inglés). En un momento en que 345 millones de personas enfrentan niveles críticos de hambre, incluidos 153 millones de niñas, niños y jóvenes, las comidas escolares son una red de seguridad fundamental para los hogares vulnerables, según el informe.

“La industria de casi US$ 50.000 millones en programas de comidas escolares en todo el mundo ofrece una oportunidad prometedora para ayudar a asegurar el futuro de las niñas y niños del mundo”, reveló el informe, y señaló que 76 gobiernos se han unido a una coalición que tiene como objetivo garantizar que todos los niños puedan recibir un comida diaria y nutritiva en la escuela para 2030.

Gracias a un esfuerzo decidido de los gobiernos para restaurar los programas de almuerzos gratuitos luego de la interrupción de la pandemia de COVID-19, la cantidad de escolares que reciben comidas en todo el mundo ahora es 30 millones más alta que en 2020, lo que representa alrededor del 41 % de todos los estudiantes matriculados en la escuela.

"Estas son buenas noticias. Los gobiernos están dando prioridad al bienestar de niñas y niños e invirtiendo en el futuro”, dijo Carmen Burbano, Directora de Programas de Alimentación Escolar del WFP. “Mientras el mundo se enfrenta a una crisis alimentaria mundial, que corre el riesgo de privar a millones de su futuro, las comidas escolares tienen un papel vital que desempeñar. En muchos de los países donde trabajamos, la comida que una niña o niño recibe en la escuela puede ser la única comida que recibe ese día”.

La recuperación global recibió un apoyo crucial de la Coalición de Comidas Escolares, una importante red impulsada por los gobiernos para el intercambio de información y la promoción, que se formó en 2020 para responder al impacto de la pandemia, señaló el informe.

Pero el informe también destacó las diferencias entre el mundo rico, donde el 60 % de las niñas y niños en edad escolar reciben comidas, y los países de bajos ingresos donde solo el 18 % lo hace. Si bien la recuperación fue rápida en la mayoría de los países, la cantidad de estudiantes alimentados en la escuela en los países de bajos ingresos aún se encuentra un 4 % por debajo de los niveles anteriores a la COVID-19, observándose los mayores declives disminuciones en África. Esto fue a pesar de que los países de bajos ingresos aumentaron su financiamiento interno para las comidas escolares en cerca de un 15 % desde 2020.

Algunos países de bajos ingresos no han podido reconstruir sus programas nacionales y necesitan más ayuda, según el informe. En ocho países africanos, menos del 10 % de las niñas y niños en edad escolar reciben una comida gratuita o subsidiada en la escuela, mostró el informe.

“Las inversiones son más bajas en donde niñas y niños más necesitan de las comidas escolares”, dijo Burbano. “Necesitamos ayudar a los países de bajos ingresos a encontrar formas más sostenibles de financiar estos programas. Esto requerirá un apoyo con plazos determinados de los países donantes, así como aumentos en la inversión nacional”.

Los programas de comidas escolares en todo el mundo ofrecen una variedad de beneficios, según el informe, que destaca cómo un almuerzo gratuito atrae a más estudiantes, especialmente a las niñas a la escuela, pues les permite aprender mejor cuando están allí y les ayuda a mantener una buena salud. El informe también señaló que una combinación de salud y educación ofrece a los escolares de países de bajos ingresos la mejor ruta para salir de la pobreza y la desnutrición.

Las investigaciones han demostrado que los programas de alimentación escolar pueden aumentar las tasas de inscripción en un 9 % y la asistencia en un 8 %. El informe también citó investigaciones que muestran que los programas de alimentación escolar pueden tener efectos beneficiosos en la agricultura, la educación, la salud y la nutrición, y la protección social, con US$ 9 de retorno por cada US$ 1 invertido.

Cuando se vinculan los programas de alimentación escolar con la agricultura local también se benefician las economías de las comunidades y se apoya que se establezcan sistemas alimentarios más sostenibles. Por cada 100.000 estudiantes alimentados a través de un programa de alimentación escolar, se crean casi 1.400 puestos de trabajo, lo que genera alrededor de 4 millones de puestos de trabajo en 85 países.

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Sobre el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas

El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas es la organización humanitaria más grande del mundo, que salva vidas en emergencias y da asistencia alimentaria para construir un camino hacia la paz, la estabilidad y la prosperidad de poblaciones que se están recuperando de conflictos y desastres y del impacto del cambio climático.