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Haití: ‘En el momento exacto que me fui, le prendieron fuego a mi casa’

Christina es una de miles de personas desplazadas por la violencia de pandillas en Puerto Príncipe
, Theresa Piorr
Una mujer con un gorro mira fijamente a la cámara
Christina huyó de su hogar bajo los disparos, pero logró ponerse a salvo en Tabarre, Puerto Príncipe, donde recibe comidas calientes del WFP. Foto: WFP/Theresa Pior

Cuando escuchó disparos de madrugada, Christina se despertó y escondió para protegerse y al bebé en su vientre. 

“Me acosté boca abajo a pesar de que estaba embarazada”, dijo. “Pasé todo el día escondida bajo mi cama. Ellos se pasaron todo el día disparando”.

Cuenta Christina que a pesar de los disparos se dirigió a la puerta. “En el momento exacto que me fui, le prendieron fuego a mi casa”, comentó. “Las tiendas estaban cerradas. No pudimos encontrar agua. No podíamos comer ni beber. La situación era muy grave; dispararon mucho. La gente en un centro comunitario en Clercine me ayudó”.

Conocimos a Christina en una distribución de comidas calientes de emergencia en la comuna de Tabarre.

Asegura de estar contenta por haber encontrado seguridad. “Tuve que dar a luz en este lugar. Tenía hambre”, señaló. 

La situación de Christina es similar a la de miles de haitianos en Puerto Príncipe quienes, además de la violencia de las pandillas, deben lidiar con una precaria seguridad alimentaria debido al aumento del precio de los alimentos y los combustibles producto de la crisis global por el conflicto en Ucrania. 

Pero la inseguridad no solo afecta a la capital. Desde hace un año, las pandillas bloquean la carretera que conduce a la península meridional que mantiene aislados de Puerto Príncipe a 3.8 millones de personas que viven en los departamentos del sur.

“Gran parte de la población ha quedado aislada del motor económico del país”, dice Jean-Martin Bauer, Director de País del Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) en Haití. “Estamos viendo un aumento significativo del hambre en la capital y en el sur del país, siendo Puerto Príncipe el más afectado. Esto sucede en un momento en que Haití ya está lidiando con los efectos de la COVID-19, los recientes desastres naturales, la alta inflación y el aumento de los costos como efecto dominó del conflicto en Ucrania”.

 

Una mujer con una camisa floreada azul y rosa se encuentra en el patio de una escuela
Guirlene dirige un comedor escolar en Puerto Príncipe y está preocupada porque la violencia obliga al cierre de la escuela y el comedor. Foto: WFP/Luc Segur

Escuelas y hospitales afectados por la violencia

Muchos hospitales y escuelas en Puerto Príncipe fueron cerrados después de ser atacados por las pandillas. 

Los padres tienen miedo de llevar a sus hijos a la escuela, dice Romual, un maestro. “Disparan de todos lados. A veces no sabemos de dónde vienen las balas. Pueden impactar en el patio de la escuela o en un salón de clases”.

En esas circunstancias no se sirven comidas escolares, algo que lamenta la cocinera de la escuela, Guirlene, porque el comedor escolar ofrece la única comida del día para muchos. “A veces les preguntamos a los niños si comieron antes de venir a la escuela, y dicen que no”, aseguró.

El helicóptero de UNHAS está siendo cargado para una próxima misión en Haití.
Este helicóptero del UNHAS es el único medio de transporte aéreo con el que cuenta la comunidad humanitaria en Haití. Foto: WFP/Theresa Piorr
El Programa Mundial de Alimentos continúa operando

A pesar de la inseguridad en Puerto Príncipe, WFP continúa apoyando con asistencia de emergencia y comidas escolares, utilizando rutas marítimas y un helicóptero del Servicio Aéreo Humanitario de la ONU (UNHAS, por sus siglas en inglés) que administra el WFP.

Pero UNHAS pronto podría dejar de operar. “Sin la financiación adecuada, UNHAS se enfrenta a un cierre inminente a finales de mes”, advirtió Bauer. “Esto pondría en peligro no solo la asistencia del WFP, sino también las operaciones humanitarias en todo el país”.

El WFP usa los servicios de una barcaza para llevar sus camiones a comunidades en otras partes del país y así evitar el bloqueo de carreteras.
El WFP utiliza esta barcaza (Linda D) para llevar sus camiones por mar y así evitar los bloqueos en las carreteras. Foto: WFP/Theresa Piorr

En lo que va de 2022, WFP ha ayudado a más de 62.000 personas con asistencia de emergencia en el área metropolitana en 2022 con más de US$ 4.1 millones en asistencia en efectivo. Planea ayudar a otras 37.000 personas el próximo año.

Desde mediados de mayo, el WFP ha proporcionado 44.000 comidas calientes a familias que han sido desplazadas por la violencia. La asistencia adicional en efectivo de emergencia para 4.500 personas está programada para comenzar este mes.

En 2022, la asistencia de emergencia del WFP en Puerto Príncipe cuenta con el apoyo de ECHO, Canadá, Alemania y el Gobierno de Haití (Fonds d'Assistance Économique et Sociale) a través de fondos del Banco Internacional de Desarrollo (BID).

 

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