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Afrontar la crisis desde la cocina del migrante

En Perú, WFP junto a donantes y socios brinda apoyo económico para la alimentación de miles de migrantes venezolanos vulnerables durante la pandemia
, Ana Lucía Llerena

Luego de su arribo a Perú, Keyla del Valle, una migrante venezolana, se embarcó en la construcción de un nuevo medio de vida en la región costera de La Libertad, ubicada en el noroeste del país, para sostener a su madre, una adulta mayor, y a su hijo menor.

En ese entonces, La Libertad ofrecía oportunidades económicas tanto para los migrantes como para la población local. Sin embargo, todo cambió drásticamente cuando la pandemia desencadenó una crisis económica que provocó el cierre de negocios y la pérdida generalizada de empleos. 

Tras perder su empleo, Keyla tuvo que tomar decisiones difíciles para administrar los escasos recursos de su hogar, viéndose incluso obligada a reducir el consumo de alimentos. “Creo que un niño que no come bien no va a tener energía, ni fuerzas”, contaba Keyla, preocupada, porque la crisis había llegado a su cocina y afectaba a su familia. Sin embargo, no sospechaba que una solución estaba por llegar. 

Gracias al compromiso de la Oficina de Asistencia Humanitaria de los Estados Unidos (USAID/BHA), y con el apoyo de Western Union, Keyla y su familia fueron parte de los más de 112 mil refugiados y migrantes venezolanos en situación de vulnerabilidad que en 2021 recibieron transferencias de dinero en efectivo del Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) para mejorar su alimentación en las regiones de Tumbes, Piura, La Libertad, Lima, Callao y Arequipa.

La ayuda recibida permitió que Keyla y los suyos mejoraran de inmediato su dieta diaria, comprando nuevamente productos nutritivos como leche y carnes. “Fue una ayuda muy buena y pude comprar comida para mi hijo, que estuvo súper emocionado porque ya podía comer otra vez frutas, huevos, y estar mejor”, señala.

Con operaciones como esta, WFP está brindando asistencia alimentaria junto a diversos aliados y donantes, complementando así la estrategia de protección social del Gobierno del Perú mediante la provisión de transferencias en efectivo para refugiados y migrantes venezolanos, así como para comunidades de acogida en situación de vulnerabilidad. 

 

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